El Zohar



Sepher HaZohar



“El Libro del Resplandor”


La obra mas importante de la literatura cabalística aparece a finales del siglo XII (1280) en los medios esotéricos sefarditas de la antigua Castilla. El manuscrito es presentado por el Rabino Moisés de León, y tiene la forma de comentarios (Midrash) que hace el Rabí Simón Ben Yojai sobre los cinco libros de Moisés o Pentateuco.

Este libro es una compilación de tratados que reúne en sus volúmenes, el más completo compendio del conocimiento cabalístico y desde su aparición se ha consolidado como la obra cumbre del misticismo judío. Según la tradición, algunos de sus componentes datan de antes de la construcción del segundo Templo, siglo II de n.e. y es probable que estos hayan sido escritos por el celebre sabio tanaita Simón Ben Yojai, pero otros de los escritos son posteriores al siglo VI y anteriores al siglo XI, y actualmente se considera, según los estudios de Gershom Sholem, que fueron escritos por el mismo Moisés de León.

Desde España, y coincidiendo con la salida de los judíos que no aceptaron la conversión al catolicismo, se irradio la cabala zoharica hacia el sur de Francia, Italia y a mediados del siglo XVI el centro más importante de estudio se fundo en Safed (Israel).

El Zohar es un libro de gran sabiduría y poder místico y desde su aparición revoluciono la mentalidad intelectual europea y los círculos espirituales. Luego de la creación de la imprenta, aparecen en Arameo; la primera edición en Mantua en el 1558, luego otra en Cremona en 1560 y la tercera en Lublín en 1623.
El texto en Arameo tiene una extensión aproximada de 2400 páginas

Solo hasta 1677, se publica en Sulzbach una traducción parcial al latín por Knorr von Rosenroth, en su obra Kabbalah Denudata, con reimpresiones en Frankfurt, 1684, Ámsterdam, 1714, 1728, 1772, y 1805, Krotoschin, 1884 y 1885. En 1887 por primera vez se editan en lengua inglesa tres de los tratados que figuran en la obra de Rosenroth, por Samuel Liddel MacGregor Mathers, en un documento titulado The Kabbala Unveil (La Kabbala desvelada).

En 1910 se editaron en francés seis volúmenes de numerosas secciones del Zohar, por Jean Pauly (Ed. Ernest Leroux, Paris) y luego en 1926 se hizo una edición parcial de cinco volúmenes en ingles por Ed. Harry Sperling and Maurice Simon, London.

La traducción completa de la obra al hebreo moderno la realizo el gran cabalista Raví Yehuda Haleví Aslagh (1886–1955) y con los comentarios (HaSulam) esta obra fue expuesta en 20 tomos, y solo hasta mediados de la década de los años 60, en cabeza del Rabí Yehuda Tzvi Brandwein se inicio la traducción completa del Zohar al Ingles, obra completada por su discípulo Rav Berg y sus hijos Yehuda y Michael Berg, fundadores del Kabbalah Centre de New York. En la actualidad se han traducido al español tres de los 27 tomos que tiene el Zohar en Ingles.
En español también existen ediciones parciales del Zohar, la más sintética es de Ed. Obelisco,1996, le sigue en tamaño; Zohar, Libro del esplendor, traducción, selección, prologo y notas de Esther Cohen, Dirección General de Publicaciones del Conaculta, Mexico, 1994, y los cinco tomos con prologo de Simon Dujovne, Ed. Sigal, Buenos Aires, 1978.

El Zohar esta organizado por secciones (Parashot) basadas en la división mosaica de la Torah y esta compuesto de tres partes:

o El Zohar, propiamente dicho
o Zohar HaChadash, o el nuevo Zohar
o Tikune HaZohar, o suplementos del Zohar.

La primera parte contiene los siguientes libros:

Ø Sepher Dtziniotha (Libro del Misterio Oculto o Libro de los Secretos)
Ø Idra Raba Qadisha (La Gran Asamblea Sagrada)
Ø Idra Zuta Qadisha (La Pequeña Asamblea Sagrada)
Ø Zohar Al Bereshit (Esplendor del divino principio)
Ø Midrash Zohar (Comentario del Esplendor)
Ø Sitré Torah (Secretos de la Torah)
Ø Raaya Mehemná (El Pastor Fiel)
Ø Midrash HaNealam (Comentarios secretos)
Ø Raza di Razim ( El Secreto De los Secretos)

La segunda parte está compuesta por comentarios adicionales al Pentateuco y se complementa con comentarios a los libros de Cantares, Ruth y Lamentaciones.

La Tercera parte, esta formada por siete decenas mas de comentarios al Zohar Al Bereshit y al Midrash HaNealam.

El Zohar resume todas las ideas de la literatura cabalística precedente y contiene la mayor compilación de la llamada Jojma Nistorah, Sabiduría Oculta o Sabiduría de los Misterios, que ha sido atesorada por la Kabbalah a través de los siglos. Estas enseñanzas explican los misterios de la Creación y las leyes de la realidad.

En sus paginas encontramos desarrolladas la principales doctrinas de la Kabbalah y es la fuente de comprensión sobre la naturaleza del Ser Supremo; sus cualidades y atributos; La Cosmogonía y el proceso de creación del Universo; El destino de la Humanidad, y de los seres angélicos, La naturaleza del Alma; La importancia de la Ley revelada y el simbolismo trascendental de las letras y los números; y el equilibrio de los contrarios como fuente de integración y balance.

El Libro del Resplandor, es una obra de gran riqueza espiritual y es puerta de acceso a la comprensión de las verdades mas profundas que hay en Las Escrituras Sagradas (Torah).

 El Zóhar está escrito en forma de comentarios sobre la Biblia y contiene diversas secciones. La sección principal, que lleva el título general de Sefer HaZóhar, está conectada y relacionada con la porción semanal de la Torá.
Que bueno es contar con un sitio de Kabbalah en español. Temas y lecturas en nuestro propio idioma, lo que hace para mí una mejor comprensión de la Kabbalah, y se haga parte de mi conciencia más facilmente. ¡Muchísimas gracias!
-A. Pérez

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El Zóhar, o Libro del Esplendor, es la fuente básica de la Kabbalah y nos muestra la sublime sabiduría concerniente a las características metafísicas de toda la Creación.  - See more at: http://es.kabbalah.com/el-z%C3%B3har#sthash.vSoQUt7e.dpuf


El Zóhar, o Libro del Esplendor, es la fuente básica de la Kabbalah y nos muestra la sublime sabiduría concerniente a las características metafísicas de toda la Creación. 
El Zóhar fue escrito por Rav Shimón bar Yójai mientras estuvo escondido durante trece años en una cueva en las montañas de Galilea con su hijo Elazar, hace dos mil años. Se escondió allí después de haber sido sentenciado a muerte por los romanos. Después de su revelación durante la generación de Rav Shimón, el Zóhar estuvo oculto durante 1.200 años. Más tarde se llevó a la luz pública en España por parte de Rav Moisés de León hace más de 700 años, y posteriormente fue revelado a través de los kabbalistas de Safed y el sistema de Luriánico de Kabbalah hace más de 400 años.
La autoría del Zóhar es un tema de debate entre los académicos, sin hacer jamás un intento por su parte de comprender el contenido de las obras que analizan. Muchos de estos eruditos sostienen que el Zóhar fue escrito por el Kabbalista del siglo XI Moisés de León, o por otros entre  su generación. Cuando el Zóhar se entiende mejor, sin embargo, se vuelve evidente que sólo alguien de la importancia y la espiritualidad de Rav Shimón podría haber compuesto esta obra.
Sabemos que cada generación tiene una comprensión inferior de la Torá que la anterior (Talmud Bavli, Tratado Berajot, 20ª). Acreditar una obra como el Zóhar a otra era que la de los Tanaim —que compilaron la Mishná y vivieron del siglo I al III E.C.— es algo simplemente imposible. Ello implicaría que el nivel de conciencia espiritual y entendimiento de Rav Moisés de León era comparable, sino más elevado, que la de los santos Tanaim. Cuando los historiadores seleccionaron a Rav Moisés de León como autor del Zóhar  ignoraron la opinión de grandes Kabbalistas como Moisés Cordovero, Shlomo Alkabetz, Yosef Caro, Isaac Luria, Moisés Luzzato y muchos otros. Hombres para los cuales el Zóhar era una forma de vida más que un campo de estudio y que eran unánimes en su acuerdo de que Rav Shimón era el autor del Zóhar.
Las suposiciones subyacentes de estos grandes hombres se basaban en que el hombre que escribió el Zóhar debió haber estado en el mismo nivel de espiritualidad que sus contenidos, y que sólo Rav Shimón encaja en esa descripción.
En el aislamiento de la cueva, Rav Shimón recibía dos veces al día la visita del profeta Elías, quien le reveló los secretos del Zóhar. Las secciones más profundas y extensas conocidas como “El Amado Pastor”, son un registro de las conversaciones que también tuvieron lugar entre Rav Shimón y el mismo Moisés.
Uno no debe extraer de todo esto que los secretos del Zóhar fueron sólo revelados a Rav Shimón. Su maestro, Rav Akivá, y muchos otros antes de él, estaban completamente versados en todas las enseñanzas del Zóhar  De hecho, el entendimiento completo de la Kabbalah se presentó a Israel en su forma oral en el Monte Sinaí. Muchos entendieron las deslumbrantes verdades de la Kabbalah, pero pocos pudieron hacer que los demás las vieran y las comprendieran. Para esto, el texto escrito del Zóhar, tendríamos que esperar por Rav Shimón.
¿Por qué fue Rav Shimón elegido para poner por escrito las enseñanzas del Zóhar de preferencia a su maestro, Rav Akivá, o de hecho cualquiera de los otros gigantes de la Kabbalah que lo precedieron? Este problema ha sido la raíz de muchos comentarios y parábolas; a menudo se enfatiza, por ejemplo, que a través de su fugitiva y solitaria vida, Rav Shimón fue capaz de superar las restricciones y limitaciones físicas que normalmente impiden el logro de niveles más elevados de conciencia espiritual. De este modo fue capaz de trascender las leyes que gobiernan el tiempo y el espacio, adquiriendo así el conocimiento raíz de toda la existencia tal como la experimentamos en este plano terrenal.
Para responder a la pregunta y comprender por qué Rav Shimón fue elegido para revelar el Zóhar  el Arí explica la composición espiritual de Moisés.
Moisés abarcaba la Luz Interna y la Luz Circundante; la inclusión de la Luz Interna se alude en el verso: “y ella vio que él era bueno” (Éxodo 34:30), y la Luz Circundante se alude en el verso: “la piel de su cara brillaba” (Éxodo 34:30).
El Arí, Likutei Torá, Vol.12, pág. 126. 
Dentro del cuerpo físico humano encontramos dos distintivos factores motivantes llamados Luz Interna y Luz Circundante. La Luz Interna es el elemento de Luz contenido dentro de los seres humanos al descender a este mundo terrenal en el momento del nacimiento, y acompaña al individuo como una ayuda en la búsqueda de la ascensión espiritual.
La Luz Circundante es el nivel de conciencia que el individuo se gana durante su vida a través de los buenos hechos y acciones; se adquiere gradualmente y no está presente en el momento del nacimiento. El nivel de conciencia de la Luz Circundante es ilimitado, dependiendo de lo bien que el individuo es capaz de subordinar el cuerpo físico a la Luz. El grado en el cual un individuo está limitado por las barreras del tiempo, el espacio y el movimiento —las leyes físicas del universo— depende del grado en el cual llega a controlar el deseo del cuerpo a recibir para sí mismo (la inclinación al mal).
Gradualmente, él o ella adquiere la Luz Circundante y asciende la escalera de la espiritualidad.
Con respecto a Rav Shimón, el Arí explica:
“Uno debe entender que entre las almas de los justos, hay aquellas que poseen la Luz Circundante y que tienen la habilidad de comunicar misterios esotéricos de la Torá a través del ocultamiento y las referencias crípticas, para de esta forma evitar que aquellos que no tienen el mérito la entiendan. El alma de Rav Shimón llevaba incorporada la Luz Circundante desde su nacimiento; así, tenía el poder de abarcar la tradición esotérica y también disertar sobre ella. Por ese motivo se le concedió el permiso a Rav Shimón para que escribiera el Libro del Esplendor. La autorización para escribir este libro de sabiduría no le fue dada a los Sabios que precedieron a Rav Shimón porque, aunque poseían un elevado conocimiento de esta sabiduría, hasta el punto de exceder el de Rav Shimón, carecían de su habilidad para abarcar y proteger la tradición esotérica. Este es el significado de la referencia a Rav Shimón hecha anteriormente”. 
Rav Isaac Luria Kitvé Arí, Vol.6, Puerta de las parábolas de Rashi, p.91 
Si la literatura del mundo tiene un ejemplar que pueda ser verdaderamente calificado como completo o, en el lenguaje de la Kabbalah, estar “sellado con diez sellos”, esa obra es el Zóhar. Desde su finalización hace unos dos mil años, pocos trabajos han ejercido una influencia tan grande en la humanidad.
El Zóhar es la obra fundamental de la Kabbalah, y como tal, el libro de texto principal de la Kabbalah. Sin embargo, debido a la naturaleza altamente esotérica de sus enseñanzas, por no mencionar las dificultades presentadas por su idioma original, que era parte arameo y parte hebreo antiguo, el Zóhar permaneció inaccesible durante siglos para todos excepto a unos pocos iniciados eruditos y cuidadosamente elegidos.
El Zóhar está escrito en forma de comentarios sobre la Biblia y contiene diversas secciones. La sección principal, que lleva el título general de Sefer HaZóhar, está conectada y relacionada con la porción semanal de la Torá. A ésta se le añaden:
  1. 1. Idra Raba (La Asamblea Mayor), escrita cuando Rav Shimón y su hijo Elazar salieron de la cueva y seleccionaron a ocho discípulos, que junto a Rav Shimón y su hijo, formaron la “Asamblea Mayor”. Fue aquí donde las enseñanzas esotéricas internas de la Torá se revelaron por primera vez.
  2. 2. Sifra diTzenuta (El Libro del Misterio Velado), insertado antes de la parashat Tetsavé, que trata sobre la estructura del proceso creativo;
  3. 3. Sitrei Torá (Los Secretos de la Torá), que trata esencialmente sobre el poder de los Nombres Divinos y cómo se utilizan para conectar con el poder inmenso del cosmos;
  4. 4. Idra Zuta (La Asamblea Menor), que describe las enseñanzas de Rav Shimón bar Yojái que no se revelaron durante la Asamblea Mayor, sino en el día de la muerte de Rav Shimón;
  5. 5. Raya Mehemna (El Pastor Fiel, siendo el pastor fiel Moisés), que trata sobre los preceptos y las doctrinas cósmicas que no son cubiertas en las conversaciones entre Elías el Profeta y Rav Shimón bar Yojái;
  6. 6. Midrash haNeelam (La Exposición Recóndita), que contiene una vasta colección de escrituras relacionadas con el método de la numerología, es decir, las permutaciones y combinaciones de las letras del Álef Bet y los números hebreos;
  7. 7. Zóhar Hadash (El Nuevo Zóhar , un comentario independiente de la misma línea que el Zóhar y que abarca, además de la Torá, las Cinco Meguilot (Rollos): El Cantar de los Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiastés y Esther;
  8. 8. Tikunei Zóhar (Enmendaciones del Zóhar) , que trata sobre el mismo tema general que el Zóhar  pero también habla sobre enseñanzas relacionadas específicamente a la Era de Acuario; y
  9. 9. Tosefta (Anexos), que añade algunos fragmentos al Zóhar en los cuales se hace referencia a las Sefirot. 
El Zóhar es más que un comentario sobre la Torá. De hecho, en las propias palabras del Zóhar  una traducción literal de la Biblia es virtualmente inútil. Es de lo más interesante leer las palabras del Zóhar sobre la veracidad de la explicación bíblica, que son casi un repudio total de cualquier traducción literal o comprensión de la Biblia.
El Zóhar declara: “Pobres de aquellos que no ven en la Torá otra cosa que simples narraciones y palabras corrientes”. La verdad del asunto es que cada palabra de la Biblia contiene un misterio codificado que cuando se descifra revela una riqueza de un significado elevado. Las narraciones de la Torá no son más que vestimentas exteriores en las cuales se viste el significado verdadero. Y pobres de aquellos que confunden la vestimenta externa por la Biblia en sí misma.
Esta era precisamente la idea que el mismo Rey David expresó cuando dijo: “Abre mis ojos para que pueda contemplar las maravillas de tu Torá”.
Otro pasaje del Zóhar declara el mismo sentimiento cuando dice: “Si la Torá consistiera meramente en palabras corrientes y narraciones como las historias de Esaú, Hagar y Labán, o como las palabras habladas por el burro de Bilaam, e incluso por Bilaam mismo, ¿por qué debería referirse a la Torá como Torá Emet, la “Torá de la Verdad”?
La Biblia ha sido vista por muchos como nada más que una colección de relatos morales religiosos. Vista desde la perspectiva Zohárica, la intención de la Biblia no es meramente mejorar la conducta externa de la humanidad, sino ayudar a cada individuo a crear una relación íntima y personal con el universo. En tiempos antiguos, los acontecimientos más mundanos de la vida cotidiana y las costumbres estaban asociados con la grandeza del cosmos.
El Zóhar se ocupa de las relaciones entre las fuerzas invisibles del cosmos y su impacto sobre la humanidad. En esencia, la Biblia, sobre la cual está basada el Zóhar, es un código cósmico que el Zóhar descifra y revela.
El Zóhar promete que con la llegada de la Era de Acuario, el cosmos se volverá accesible al entendimiento humano. Para el observador perceptivo, ya hay señales de que esta revolución está en camino. Cada vez se está volviendo más aparente que, en un sentido muy real y profundo, la humanidad y el cosmos son inseparables.
A través del Zóhar, podemos elevar nuestra conciencia y trascender el aplastante peso de las preocupaciones terrenales. En las manos adecuadas, el Zóhar es una herramienta de gran poder. Puede, cuando se percibe correctamente, proporcionar respuestas a nuestros problemas aparentemente más desconcertantes.
El Zóhar se ha publicado en un set de 24 volúmenes. Colocar estos volúmenes dentro del hogar o de la oficina infunde estos lugares con la Luz del Zóhar  esparciendo armonía en el ambiente y entre sus habitantes. El solo escaneo con la mirada de las letras y las palabras del Zóhar tendrá el resultado de reconfortar el cuerpo y restaurar el equilibrio aunque uno no pueda pronunciar las palabras o saber su significado.
Los valores espirituales tienen su propio sistema para causar impresiones.
La lectura diaria del Zóhar sin ningún intento por traducirlo o “entenderlo”, llenará nuestra conciencia de Luz, lmejorando nuestro bienestar e influenciando todo nuestro entorno hacia actitudes positivas. Incluso el escaneo del Zóhar por parte de aquellos que desconocen el Álef Bet hebreo logrará el mismo resultado.
La conexión que establecemos a través del escaneo del Zóhar es una conexión y una unidad con la Luz. Las letras, aunque no sepamos conscientemente hebreo o arameo, son los canales a través de los cuales se establece la conexión; podría compararse con marcar el número de teléfono correcto, o teclear los códigos correctos para activar un programa informático. La conexión se establece en el nivel metafísico de nuestro ser e irradia a nuestro plano físico de existencia, pero primero viene el “anclaje” metafísico.
Tenemos que permitir, conscientemente, a través de pensamientos y acciones positivas, que el poder inmenso del Zóhar irradie amor, armonía y paz a nuestras vidas para compartirlo con toda la humanidad y el universo.
A medida que entramos en los años venideros, el Zóhar seguirá siendo el libro del pueblo, y seguirá tocando la fibra compasiva en los corazones y las mentes de aquellos que desean paz, verdad y una liberación del sufrimiento. Ante una crisis o una catástrofe, tiene la habilidad de resolver aflicciones humanas agonizantes al restaurar la relación de cada individuo con la Fuerza.
La oscuridad no puede prevalecer en la presencia de la Luz. Una habitación oscura debe responder incluso al encendido de una vela. Mientras compartimos juntos este momento, estamos empezando a presenciar, y algunos de nosotros a participar, en una revolución de la iluminación. Las nubes oscurecidas de lucha y conflicto harán sentir su presencia sólo mientras la Luz Eterna permanezca oculta.
El Zóhar sigue siendo la solución final, sino la única, para infundir el cosmos con la Luz de la Fuerza revelada. Para aquellos que buscan mejorar la calidad de su bienestar mental y físico, el Zóhar les proporciona una oportunidad de convertirnos en maestros de nuestro destino, capitanes de nuestro futuro.
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El Zóhar, o Libro del Esplendor, es la fuente básica de la Kabbalah y nos muestra la sublime sabiduría concerniente a las características metafísicas de toda la Creación. 
El Zóhar fue escrito por Rav Shimón bar Yójai mientras estuvo escondido durante trece años en una cueva en las montañas de Galilea con su hijo Elazar, hace dos mil años. Se escondió allí después de haber sido sentenciado a muerte por los romanos. Después de su revelación durante la generación de Rav Shimón, el Zóhar estuvo oculto durante 1.200 años. Más tarde se llevó a la luz pública en España por parte de Rav Moisés de León hace más de 700 años, y posteriormente fue revelado a través de los kabbalistas de Safed y el sistema de Luriánico de Kabbalah hace más de 400 años.
La autoría del Zóhar es un tema de debate entre los académicos, sin hacer jamás un intento por su parte de comprender el contenido de las obras que analizan. Muchos de estos eruditos sostienen que el Zóhar fue escrito por el Kabbalista del siglo XI Moisés de León, o por otros entre  su generación. Cuando el Zóhar se entiende mejor, sin embargo, se vuelve evidente que sólo alguien de la importancia y la espiritualidad de Rav Shimón podría haber compuesto esta obra.
Sabemos que cada generación tiene una comprensión inferior de la Torá que la anterior (Talmud Bavli, Tratado Berajot, 20ª). Acreditar una obra como el Zóhar a otra era que la de los Tanaim —que compilaron la Mishná y vivieron del siglo I al III E.C.— es algo simplemente imposible. Ello implicaría que el nivel de conciencia espiritual y entendimiento de Rav Moisés de León era comparable, sino más elevado, que la de los santos Tanaim. Cuando los historiadores seleccionaron a Rav Moisés de León como autor del Zóhar  ignoraron la opinión de grandes Kabbalistas como Moisés Cordovero, Shlomo Alkabetz, Yosef Caro, Isaac Luria, Moisés Luzzato y muchos otros. Hombres para los cuales el Zóhar era una forma de vida más que un campo de estudio y que eran unánimes en su acuerdo de que Rav Shimón era el autor del Zóhar.
Las suposiciones subyacentes de estos grandes hombres se basaban en que el hombre que escribió el Zóhar debió haber estado en el mismo nivel de espiritualidad que sus contenidos, y que sólo Rav Shimón encaja en esa descripción.
En el aislamiento de la cueva, Rav Shimón recibía dos veces al día la visita del profeta Elías, quien le reveló los secretos del Zóhar. Las secciones más profundas y extensas conocidas como “El Amado Pastor”, son un registro de las conversaciones que también tuvieron lugar entre Rav Shimón y el mismo Moisés.
Uno no debe extraer de todo esto que los secretos del Zóhar fueron sólo revelados a Rav Shimón. Su maestro, Rav Akivá, y muchos otros antes de él, estaban completamente versados en todas las enseñanzas del Zóhar  De hecho, el entendimiento completo de la Kabbalah se presentó a Israel en su forma oral en el Monte Sinaí. Muchos entendieron las deslumbrantes verdades de la Kabbalah, pero pocos pudieron hacer que los demás las vieran y las comprendieran. Para esto, el texto escrito del Zóhar, tendríamos que esperar por Rav Shimón.
¿Por qué fue Rav Shimón elegido para poner por escrito las enseñanzas del Zóhar de preferencia a su maestro, Rav Akivá, o de hecho cualquiera de los otros gigantes de la Kabbalah que lo precedieron? Este problema ha sido la raíz de muchos comentarios y parábolas; a menudo se enfatiza, por ejemplo, que a través de su fugitiva y solitaria vida, Rav Shimón fue capaz de superar las restricciones y limitaciones físicas que normalmente impiden el logro de niveles más elevados de conciencia espiritual. De este modo fue capaz de trascender las leyes que gobiernan el tiempo y el espacio, adquiriendo así el conocimiento raíz de toda la existencia tal como la experimentamos en este plano terrenal.
Para responder a la pregunta y comprender por qué Rav Shimón fue elegido para revelar el Zóhar  el Arí explica la composición espiritual de Moisés.
Moisés abarcaba la Luz Interna y la Luz Circundante; la inclusión de la Luz Interna se alude en el verso: “y ella vio que él era bueno” (Éxodo 34:30), y la Luz Circundante se alude en el verso: “la piel de su cara brillaba” (Éxodo 34:30).
El Arí, Likutei Torá, Vol.12, pág. 126. 
Dentro del cuerpo físico humano encontramos dos distintivos factores motivantes llamados Luz Interna y Luz Circundante. La Luz Interna es el elemento de Luz contenido dentro de los seres humanos al descender a este mundo terrenal en el momento del nacimiento, y acompaña al individuo como una ayuda en la búsqueda de la ascensión espiritual.
La Luz Circundante es el nivel de conciencia que el individuo se gana durante su vida a través de los buenos hechos y acciones; se adquiere gradualmente y no está presente en el momento del nacimiento. El nivel de conciencia de la Luz Circundante es ilimitado, dependiendo de lo bien que el individuo es capaz de subordinar el cuerpo físico a la Luz. El grado en el cual un individuo está limitado por las barreras del tiempo, el espacio y el movimiento —las leyes físicas del universo— depende del grado en el cual llega a controlar el deseo del cuerpo a recibir para sí mismo (la inclinación al mal).
Gradualmente, él o ella adquiere la Luz Circundante y asciende la escalera de la espiritualidad.
Con respecto a Rav Shimón, el Arí explica:
“Uno debe entender que entre las almas de los justos, hay aquellas que poseen la Luz Circundante y que tienen la habilidad de comunicar misterios esotéricos de la Torá a través del ocultamiento y las referencias crípticas, para de esta forma evitar que aquellos que no tienen el mérito la entiendan. El alma de Rav Shimón llevaba incorporada la Luz Circundante desde su nacimiento; así, tenía el poder de abarcar la tradición esotérica y también disertar sobre ella. Por ese motivo se le concedió el permiso a Rav Shimón para que escribiera el Libro del Esplendor. La autorización para escribir este libro de sabiduría no le fue dada a los Sabios que precedieron a Rav Shimón porque, aunque poseían un elevado conocimiento de esta sabiduría, hasta el punto de exceder el de Rav Shimón, carecían de su habilidad para abarcar y proteger la tradición esotérica. Este es el significado de la referencia a Rav Shimón hecha anteriormente”. 
Rav Isaac Luria Kitvé Arí, Vol.6, Puerta de las parábolas de Rashi, p.91 
Si la literatura del mundo tiene un ejemplar que pueda ser verdaderamente calificado como completo o, en el lenguaje de la Kabbalah, estar “sellado con diez sellos”, esa obra es el Zóhar. Desde su finalización hace unos dos mil años, pocos trabajos han ejercido una influencia tan grande en la humanidad.
El Zóhar es la obra fundamental de la Kabbalah, y como tal, el libro de texto principal de la Kabbalah. Sin embargo, debido a la naturaleza altamente esotérica de sus enseñanzas, por no mencionar las dificultades presentadas por su idioma original, que era parte arameo y parte hebreo antiguo, el Zóhar permaneció inaccesible durante siglos para todos excepto a unos pocos iniciados eruditos y cuidadosamente elegidos.
El Zóhar está escrito en forma de comentarios sobre la Biblia y contiene diversas secciones. La sección principal, que lleva el título general de Sefer HaZóhar, está conectada y relacionada con la porción semanal de la Torá. A ésta se le añaden:
  1. 1. Idra Raba (La Asamblea Mayor), escrita cuando Rav Shimón y su hijo Elazar salieron de la cueva y seleccionaron a ocho discípulos, que junto a Rav Shimón y su hijo, formaron la “Asamblea Mayor”. Fue aquí donde las enseñanzas esotéricas internas de la Torá se revelaron por primera vez.
  2. 2. Sifra diTzenuta (El Libro del Misterio Velado), insertado antes de la parashat Tetsavé, que trata sobre la estructura del proceso creativo;
  3. 3. Sitrei Torá (Los Secretos de la Torá), que trata esencialmente sobre el poder de los Nombres Divinos y cómo se utilizan para conectar con el poder inmenso del cosmos;
  4. 4. Idra Zuta (La Asamblea Menor), que describe las enseñanzas de Rav Shimón bar Yojái que no se revelaron durante la Asamblea Mayor, sino en el día de la muerte de Rav Shimón;
  5. 5. Raya Mehemna (El Pastor Fiel, siendo el pastor fiel Moisés), que trata sobre los preceptos y las doctrinas cósmicas que no son cubiertas en las conversaciones entre Elías el Profeta y Rav Shimón bar Yojái;
  6. 6. Midrash haNeelam (La Exposición Recóndita), que contiene una vasta colección de escrituras relacionadas con el método de la numerología, es decir, las permutaciones y combinaciones de las letras del Álef Bet y los números hebreos;
  7. 7. Zóhar Hadash (El Nuevo Zóhar , un comentario independiente de la misma línea que el Zóhar y que abarca, además de la Torá, las Cinco Meguilot (Rollos): El Cantar de los Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiastés y Esther;
  8. 8. Tikunei Zóhar (Enmendaciones del Zóhar) , que trata sobre el mismo tema general que el Zóhar  pero también habla sobre enseñanzas relacionadas específicamente a la Era de Acuario; y
  9. 9. Tosefta (Anexos), que añade algunos fragmentos al Zóhar en los cuales se hace referencia a las Sefirot. 
El Zóhar es más que un comentario sobre la Torá. De hecho, en las propias palabras del Zóhar  una traducción literal de la Biblia es virtualmente inútil. Es de lo más interesante leer las palabras del Zóhar sobre la veracidad de la explicación bíblica, que son casi un repudio total de cualquier traducción literal o comprensión de la Biblia.
El Zóhar declara: “Pobres de aquellos que no ven en la Torá otra cosa que simples narraciones y palabras corrientes”. La verdad del asunto es que cada palabra de la Biblia contiene un misterio codificado que cuando se descifra revela una riqueza de un significado elevado. Las narraciones de la Torá no son más que vestimentas exteriores en las cuales se viste el significado verdadero. Y pobres de aquellos que confunden la vestimenta externa por la Biblia en sí misma.
Esta era precisamente la idea que el mismo Rey David expresó cuando dijo: “Abre mis ojos para que pueda contemplar las maravillas de tu Torá”.
Otro pasaje del Zóhar declara el mismo sentimiento cuando dice: “Si la Torá consistiera meramente en palabras corrientes y narraciones como las historias de Esaú, Hagar y Labán, o como las palabras habladas por el burro de Bilaam, e incluso por Bilaam mismo, ¿por qué debería referirse a la Torá como Torá Emet, la “Torá de la Verdad”?
La Biblia ha sido vista por muchos como nada más que una colección de relatos morales religiosos. Vista desde la perspectiva Zohárica, la intención de la Biblia no es meramente mejorar la conducta externa de la humanidad, sino ayudar a cada individuo a crear una relación íntima y personal con el universo. En tiempos antiguos, los acontecimientos más mundanos de la vida cotidiana y las costumbres estaban asociados con la grandeza del cosmos.
El Zóhar se ocupa de las relaciones entre las fuerzas invisibles del cosmos y su impacto sobre la humanidad. En esencia, la Biblia, sobre la cual está basada el Zóhar, es un código cósmico que el Zóhar descifra y revela.
El Zóhar promete que con la llegada de la Era de Acuario, el cosmos se volverá accesible al entendimiento humano. Para el observador perceptivo, ya hay señales de que esta revolución está en camino. Cada vez se está volviendo más aparente que, en un sentido muy real y profundo, la humanidad y el cosmos son inseparables.
A través del Zóhar, podemos elevar nuestra conciencia y trascender el aplastante peso de las preocupaciones terrenales. En las manos adecuadas, el Zóhar es una herramienta de gran poder. Puede, cuando se percibe correctamente, proporcionar respuestas a nuestros problemas aparentemente más desconcertantes.
El Zóhar se ha publicado en un set de 24 volúmenes. Colocar estos volúmenes dentro del hogar o de la oficina infunde estos lugares con la Luz del Zóhar  esparciendo armonía en el ambiente y entre sus habitantes. El solo escaneo con la mirada de las letras y las palabras del Zóhar tendrá el resultado de reconfortar el cuerpo y restaurar el equilibrio aunque uno no pueda pronunciar las palabras o saber su significado.
Los valores espirituales tienen su propio sistema para causar impresiones.
La lectura diaria del Zóhar sin ningún intento por traducirlo o “entenderlo”, llenará nuestra conciencia de Luz, lmejorando nuestro bienestar e influenciando todo nuestro entorno hacia actitudes positivas. Incluso el escaneo del Zóhar por parte de aquellos que desconocen el Álef Bet hebreo logrará el mismo resultado.
La conexión que establecemos a través del escaneo del Zóhar es una conexión y una unidad con la Luz. Las letras, aunque no sepamos conscientemente hebreo o arameo, son los canales a través de los cuales se establece la conexión; podría compararse con marcar el número de teléfono correcto, o teclear los códigos correctos para activar un programa informático. La conexión se establece en el nivel metafísico de nuestro ser e irradia a nuestro plano físico de existencia, pero primero viene el “anclaje” metafísico.
Tenemos que permitir, conscientemente, a través de pensamientos y acciones positivas, que el poder inmenso del Zóhar irradie amor, armonía y paz a nuestras vidas para compartirlo con toda la humanidad y el universo.
A medida que entramos en los años venideros, el Zóhar seguirá siendo el libro del pueblo, y seguirá tocando la fibra compasiva en los corazones y las mentes de aquellos que desean paz, verdad y una liberación del sufrimiento. Ante una crisis o una catástrofe, tiene la habilidad de resolver aflicciones humanas agonizantes al restaurar la relación de cada individuo con la Fuerza.
La oscuridad no puede prevalecer en la presencia de la Luz. Una habitación oscura debe responder incluso al encendido de una vela. Mientras compartimos juntos este momento, estamos empezando a presenciar, y algunos de nosotros a participar, en una revolución de la iluminación. Las nubes oscurecidas de lucha y conflicto harán sentir su presencia sólo mientras la Luz Eterna permanezca oculta.
El Zóhar sigue siendo la solución final, sino la única, para infundir el cosmos con la Luz de la Fuerza revelada. Para aquellos que buscan mejorar la calidad de su bienestar mental y físico, el Zóhar les proporciona una oportunidad de convertirnos en maestros de nuestro destino, capitanes de nuestro futuro.
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El Zóhar, o Libro del Esplendor, es la fuente básica de la Kabbalah y nos muestra la sublime sabiduría concerniente a las características metafísicas de toda la Creación.  - See more at: http://es.kabbalah.com/el-z%C3%B3har#sthash.vSoQUt7e.dpuf

El Zóhar, o Libro del Esplendor, es la fuente básica de la Kabbalah y nos muestra la sublime sabiduría concerniente a las características metafísicas de toda la Creación. 
El Zóhar fue escrito por Rav Shimón bar Yójai mientras estuvo escondido durante trece años en una cueva en las montañas de Galilea con su hijo Elazar, hace dos mil años. Se escondió allí después de haber sido sentenciado a muerte por los romanos. Después de su revelación durante la generación de Rav Shimón, el Zóhar estuvo oculto durante 1.200 años. Más tarde se llevó a la luz pública en España por parte de Rav Moisés de León hace más de 700 años, y posteriormente fue revelado a través de los kabbalistas de Safed y el sistema de Luriánico de Kabbalah hace más de 400 años.
La autoría del Zóhar es un tema de debate entre los académicos, sin hacer jamás un intento por su parte de comprender el contenido de las obras que analizan. Muchos de estos eruditos sostienen que el Zóhar fue escrito por el Kabbalista del siglo XI Moisés de León, o por otros entre  su generación. Cuando el Zóhar se entiende mejor, sin embargo, se vuelve evidente que sólo alguien de la importancia y la espiritualidad de Rav Shimón podría haber compuesto esta obra.
Sabemos que cada generación tiene una comprensión inferior de la Torá que la anterior (Talmud Bavli, Tratado Berajot, 20ª). Acreditar una obra como el Zóhar a otra era que la de los Tanaim —que compilaron la Mishná y vivieron del siglo I al III E.C.— es algo simplemente imposible. Ello implicaría que el nivel de conciencia espiritual y entendimiento de Rav Moisés de León era comparable, sino más elevado, que la de los santos Tanaim. Cuando los historiadores seleccionaron a Rav Moisés de León como autor del Zóhar  ignoraron la opinión de grandes Kabbalistas como Moisés Cordovero, Shlomo Alkabetz, Yosef Caro, Isaac Luria, Moisés Luzzato y muchos otros. Hombres para los cuales el Zóhar era una forma de vida más que un campo de estudio y que eran unánimes en su acuerdo de que Rav Shimón era el autor del Zóhar.
Las suposiciones subyacentes de estos grandes hombres se basaban en que el hombre que escribió el Zóhar debió haber estado en el mismo nivel de espiritualidad que sus contenidos, y que sólo Rav Shimón encaja en esa descripción.
En el aislamiento de la cueva, Rav Shimón recibía dos veces al día la visita del profeta Elías, quien le reveló los secretos del Zóhar. Las secciones más profundas y extensas conocidas como “El Amado Pastor”, son un registro de las conversaciones que también tuvieron lugar entre Rav Shimón y el mismo Moisés.
Uno no debe extraer de todo esto que los secretos del Zóhar fueron sólo revelados a Rav Shimón. Su maestro, Rav Akivá, y muchos otros antes de él, estaban completamente versados en todas las enseñanzas del Zóhar  De hecho, el entendimiento completo de la Kabbalah se presentó a Israel en su forma oral en el Monte Sinaí. Muchos entendieron las deslumbrantes verdades de la Kabbalah, pero pocos pudieron hacer que los demás las vieran y las comprendieran. Para esto, el texto escrito del Zóhar, tendríamos que esperar por Rav Shimón.
¿Por qué fue Rav Shimón elegido para poner por escrito las enseñanzas del Zóhar de preferencia a su maestro, Rav Akivá, o de hecho cualquiera de los otros gigantes de la Kabbalah que lo precedieron? Este problema ha sido la raíz de muchos comentarios y parábolas; a menudo se enfatiza, por ejemplo, que a través de su fugitiva y solitaria vida, Rav Shimón fue capaz de superar las restricciones y limitaciones físicas que normalmente impiden el logro de niveles más elevados de conciencia espiritual. De este modo fue capaz de trascender las leyes que gobiernan el tiempo y el espacio, adquiriendo así el conocimiento raíz de toda la existencia tal como la experimentamos en este plano terrenal.
Para responder a la pregunta y comprender por qué Rav Shimón fue elegido para revelar el Zóhar  el Arí explica la composición espiritual de Moisés.
Moisés abarcaba la Luz Interna y la Luz Circundante; la inclusión de la Luz Interna se alude en el verso: “y ella vio que él era bueno” (Éxodo 34:30), y la Luz Circundante se alude en el verso: “la piel de su cara brillaba” (Éxodo 34:30).
El Arí, Likutei Torá, Vol.12, pág. 126. 
Dentro del cuerpo físico humano encontramos dos distintivos factores motivantes llamados Luz Interna y Luz Circundante. La Luz Interna es el elemento de Luz contenido dentro de los seres humanos al descender a este mundo terrenal en el momento del nacimiento, y acompaña al individuo como una ayuda en la búsqueda de la ascensión espiritual.
La Luz Circundante es el nivel de conciencia que el individuo se gana durante su vida a través de los buenos hechos y acciones; se adquiere gradualmente y no está presente en el momento del nacimiento. El nivel de conciencia de la Luz Circundante es ilimitado, dependiendo de lo bien que el individuo es capaz de subordinar el cuerpo físico a la Luz. El grado en el cual un individuo está limitado por las barreras del tiempo, el espacio y el movimiento —las leyes físicas del universo— depende del grado en el cual llega a controlar el deseo del cuerpo a recibir para sí mismo (la inclinación al mal).
Gradualmente, él o ella adquiere la Luz Circundante y asciende la escalera de la espiritualidad.
Con respecto a Rav Shimón, el Arí explica:
“Uno debe entender que entre las almas de los justos, hay aquellas que poseen la Luz Circundante y que tienen la habilidad de comunicar misterios esotéricos de la Torá a través del ocultamiento y las referencias crípticas, para de esta forma evitar que aquellos que no tienen el mérito la entiendan. El alma de Rav Shimón llevaba incorporada la Luz Circundante desde su nacimiento; así, tenía el poder de abarcar la tradición esotérica y también disertar sobre ella. Por ese motivo se le concedió el permiso a Rav Shimón para que escribiera el Libro del Esplendor. La autorización para escribir este libro de sabiduría no le fue dada a los Sabios que precedieron a Rav Shimón porque, aunque poseían un elevado conocimiento de esta sabiduría, hasta el punto de exceder el de Rav Shimón, carecían de su habilidad para abarcar y proteger la tradición esotérica. Este es el significado de la referencia a Rav Shimón hecha anteriormente”. 
Rav Isaac Luria Kitvé Arí, Vol.6, Puerta de las parábolas de Rashi, p.91 
Si la literatura del mundo tiene un ejemplar que pueda ser verdaderamente calificado como completo o, en el lenguaje de la Kabbalah, estar “sellado con diez sellos”, esa obra es el Zóhar. Desde su finalización hace unos dos mil años, pocos trabajos han ejercido una influencia tan grande en la humanidad.
El Zóhar es la obra fundamental de la Kabbalah, y como tal, el libro de texto principal de la Kabbalah. Sin embargo, debido a la naturaleza altamente esotérica de sus enseñanzas, por no mencionar las dificultades presentadas por su idioma original, que era parte arameo y parte hebreo antiguo, el Zóhar permaneció inaccesible durante siglos para todos excepto a unos pocos iniciados eruditos y cuidadosamente elegidos.
El Zóhar está escrito en forma de comentarios sobre la Biblia y contiene diversas secciones. La sección principal, que lleva el título general de Sefer HaZóhar, está conectada y relacionada con la porción semanal de la Torá. A ésta se le añaden:
  1. 1. Idra Raba (La Asamblea Mayor), escrita cuando Rav Shimón y su hijo Elazar salieron de la cueva y seleccionaron a ocho discípulos, que junto a Rav Shimón y su hijo, formaron la “Asamblea Mayor”. Fue aquí donde las enseñanzas esotéricas internas de la Torá se revelaron por primera vez.
  2. 2. Sifra diTzenuta (El Libro del Misterio Velado), insertado antes de la parashat Tetsavé, que trata sobre la estructura del proceso creativo;
  3. 3. Sitrei Torá (Los Secretos de la Torá), que trata esencialmente sobre el poder de los Nombres Divinos y cómo se utilizan para conectar con el poder inmenso del cosmos;
  4. 4. Idra Zuta (La Asamblea Menor), que describe las enseñanzas de Rav Shimón bar Yojái que no se revelaron durante la Asamblea Mayor, sino en el día de la muerte de Rav Shimón;
  5. 5. Raya Mehemna (El Pastor Fiel, siendo el pastor fiel Moisés), que trata sobre los preceptos y las doctrinas cósmicas que no son cubiertas en las conversaciones entre Elías el Profeta y Rav Shimón bar Yojái;
  6. 6. Midrash haNeelam (La Exposición Recóndita), que contiene una vasta colección de escrituras relacionadas con el método de la numerología, es decir, las permutaciones y combinaciones de las letras del Álef Bet y los números hebreos;
  7. 7. Zóhar Hadash (El Nuevo Zóhar , un comentario independiente de la misma línea que el Zóhar y que abarca, además de la Torá, las Cinco Meguilot (Rollos): El Cantar de los Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiastés y Esther;
  8. 8. Tikunei Zóhar (Enmendaciones del Zóhar) , que trata sobre el mismo tema general que el Zóhar  pero también habla sobre enseñanzas relacionadas específicamente a la Era de Acuario; y
  9. 9. Tosefta (Anexos), que añade algunos fragmentos al Zóhar en los cuales se hace referencia a las Sefirot. 
El Zóhar es más que un comentario sobre la Torá. De hecho, en las propias palabras del Zóhar  una traducción literal de la Biblia es virtualmente inútil. Es de lo más interesante leer las palabras del Zóhar sobre la veracidad de la explicación bíblica, que son casi un repudio total de cualquier traducción literal o comprensión de la Biblia.
El Zóhar declara: “Pobres de aquellos que no ven en la Torá otra cosa que simples narraciones y palabras corrientes”. La verdad del asunto es que cada palabra de la Biblia contiene un misterio codificado que cuando se descifra revela una riqueza de un significado elevado. Las narraciones de la Torá no son más que vestimentas exteriores en las cuales se viste el significado verdadero. Y pobres de aquellos que confunden la vestimenta externa por la Biblia en sí misma.
Esta era precisamente la idea que el mismo Rey David expresó cuando dijo: “Abre mis ojos para que pueda contemplar las maravillas de tu Torá”.
Otro pasaje del Zóhar declara el mismo sentimiento cuando dice: “Si la Torá consistiera meramente en palabras corrientes y narraciones como las historias de Esaú, Hagar y Labán, o como las palabras habladas por el burro de Bilaam, e incluso por Bilaam mismo, ¿por qué debería referirse a la Torá como Torá Emet, la “Torá de la Verdad”?
La Biblia ha sido vista por muchos como nada más que una colección de relatos morales religiosos. Vista desde la perspectiva Zohárica, la intención de la Biblia no es meramente mejorar la conducta externa de la humanidad, sino ayudar a cada individuo a crear una relación íntima y personal con el universo. En tiempos antiguos, los acontecimientos más mundanos de la vida cotidiana y las costumbres estaban asociados con la grandeza del cosmos.
El Zóhar se ocupa de las relaciones entre las fuerzas invisibles del cosmos y su impacto sobre la humanidad. En esencia, la Biblia, sobre la cual está basada el Zóhar, es un código cósmico que el Zóhar descifra y revela.
El Zóhar promete que con la llegada de la Era de Acuario, el cosmos se volverá accesible al entendimiento humano. Para el observador perceptivo, ya hay señales de que esta revolución está en camino. Cada vez se está volviendo más aparente que, en un sentido muy real y profundo, la humanidad y el cosmos son inseparables.
A través del Zóhar, podemos elevar nuestra conciencia y trascender el aplastante peso de las preocupaciones terrenales. En las manos adecuadas, el Zóhar es una herramienta de gran poder. Puede, cuando se percibe correctamente, proporcionar respuestas a nuestros problemas aparentemente más desconcertantes.
El Zóhar se ha publicado en un set de 24 volúmenes. Colocar estos volúmenes dentro del hogar o de la oficina infunde estos lugares con la Luz del Zóhar  esparciendo armonía en el ambiente y entre sus habitantes. El solo escaneo con la mirada de las letras y las palabras del Zóhar tendrá el resultado de reconfortar el cuerpo y restaurar el equilibrio aunque uno no pueda pronunciar las palabras o saber su significado.
Los valores espirituales tienen su propio sistema para causar impresiones.
La lectura diaria del Zóhar sin ningún intento por traducirlo o “entenderlo”, llenará nuestra conciencia de Luz, lmejorando nuestro bienestar e influenciando todo nuestro entorno hacia actitudes positivas. Incluso el escaneo del Zóhar por parte de aquellos que desconocen el Álef Bet hebreo logrará el mismo resultado.
La conexión que establecemos a través del escaneo del Zóhar es una conexión y una unidad con la Luz. Las letras, aunque no sepamos conscientemente hebreo o arameo, son los canales a través de los cuales se establece la conexión; podría compararse con marcar el número de teléfono correcto, o teclear los códigos correctos para activar un programa informático. La conexión se establece en el nivel metafísico de nuestro ser e irradia a nuestro plano físico de existencia, pero primero viene el “anclaje” metafísico.
Tenemos que permitir, conscientemente, a través de pensamientos y acciones positivas, que el poder inmenso del Zóhar irradie amor, armonía y paz a nuestras vidas para compartirlo con toda la humanidad y el universo.
A medida que entramos en los años venideros, el Zóhar seguirá siendo el libro del pueblo, y seguirá tocando la fibra compasiva en los corazones y las mentes de aquellos que desean paz, verdad y una liberación del sufrimiento. Ante una crisis o una catástrofe, tiene la habilidad de resolver aflicciones humanas agonizantes al restaurar la relación de cada individuo con la Fuerza.
La oscuridad no puede prevalecer en la presencia de la Luz. Una habitación oscura debe responder incluso al encendido de una vela. Mientras compartimos juntos este momento, estamos empezando a presenciar, y algunos de nosotros a participar, en una revolución de la iluminación. Las nubes oscurecidas de lucha y conflicto harán sentir su presencia sólo mientras la Luz Eterna permanezca oculta.
El Zóhar sigue siendo la solución final, sino la única, para infundir el cosmos con la Luz de la Fuerza revelada. Para aquellos que buscan mejorar la calidad de su bienestar mental y físico, el Zóhar les proporciona una oportunidad de convertirnos en maestros de nuestro destino, capitanes de nuestro futuro.
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