- CANÓNICO -IGLESIAS EN CONFLICTO CON CONSTANTINOPLAEl pasado siglo XX, como ya hemos hecho mención en otro artículo (HACIA UNA EXPLICACIÓN HISTÓRICA ACERCA DE LA MULTIPLICIDAD JURISDICCIONAL EN LA ORTODOXIA CONTEMPORANEA), ha sido por distintas razones, un siglo bastante conflictivo para la mayoría de las Iglesias Ortodoxas, las cuales muchas veces no han sabido acertar en la resolución de los mismos, provocándose en consecuencia, una serie de profundas divisiones que comprometieron (y aún comprometen) la Unidad de la Iglesia.Los puntos de conflictos en la Ortodoxia contemporánea se pueden resumir en básicamente cuatro items:A - RECLAMOS SOBRE EL DERECHO A UNA ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICO - NACIONAL MAS ACORDE A LA REALIDAD SECULAR DE EUROPA ORIENTAL.B - CUESTIONAMIENTOS SOBRE LA FORMA DE ENTENDER LAS RELACIONES ENTRE IGLESIA Y ESTADO. (ESENCIALMENTE DURANTE LA ERA COMUNISTA)C - DISIDENCIAS SOBRE TRADICIÓN Y ECLESIOLOGÍA.D - ASPIRACIONES ETNICO-CULTURALES Y CULTUALES DE LAS JURIDICCIONES ORTODOXAS EN OCCIDENTE.IGLESIAS ORTODOXAS CONRECLAMOS SOBRE EL DERECHO A UNA ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICO –NACIONALEn este primer grupo deberemos incluir a Jurisdicciones tales como: el Patriarcado de Kiev, la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Montenegro, la Iglesia Autocéfala de Macedonia, la Iglesia Ortodoxa de Moldavia, o la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa.Este grupo de Iglesias, no tienen ni grandes planteos eclesiológicos, ni de tradición eclesiástica, ni doctrinales que las confronten con las Sedes Mayores de la Ortodoxia, siendo muy afines en cuanto a sus posturas y visión sobre los problemas contemporáneos a éstas últimas; también -al igual que ellas- tienden a federarse entre sí y a conservar con mayor facilidad su cohesión eclesiástica interna. En este momento la Sede sobre la cual tienden a nuclearse y guardar comunión este grupo de Iglesias, es el Patriarcado de Kiev, el cual parecería ocupar de facto, el mismo lugar que ocupa el Patriarcado de Constantinopla entre las Iglesias Ortodoxas Oficiales. La Iglesia Bielorrusa, sin embargo, parece ser una excepción, manteniéndose de hecho bastante aislada del resto.
Patriarca Filaret de Kiev (izq) junto al
Metropolita Mihailo de MontenegroTodas estas Jurisdicciones pugnan -entonces- por ser reconocidas como las legítimas Iglesias Ortodoxas de sus Estados Nacionales por parte de las Sedes Mayores de la Ortodoxia; y es preciso mencionar que en general los gobiernos de estos países las respaldan de manera mas o menos explícita, dado a que ellas también tomaron parte activa en el proceso de independencia y de construcción de una nueva identidad nacional. Asimismo, en este aspecto, la Iglesia Ortodoxa de Bielorrusia constituye una excepción, dado a que el actual gobierno bielorruso el cual es abiertamente pro-ruso, es bastante hostil a la conformación de esta Iglesia.La particular situación eclesiástica que viven la totalidad de estas Jurisdicciones no es de muy larga data, puesto que la mayoría surgieron o se restauraron a consecuencia de la ola de independencias nacionales que siguieron al colapso del Comunismo en Europa Oriental, quizás la excepción sea la Iglesia de Macedonia, la cual se independizó del Patriarcado Serbio hacia finales de los años 60, en la aún indivisa Yugoslavia.Estas Iglesias, como ya dijimos anteriormente, no propugnan cambios sustanciales en la organización eclesiástica mundial de la Ortodoxia, sino que simplemente reclaman su derecho a la libre participación dentro de la misma. Este grupo, por ende, es el que más posibilidades tiene de integrarse a futuro dentro del conjunto de Iglesias Ortodoxas compuestas por las Sedes Mayores, las cuales son lideradas y están en comunión con la Sede Patriarcal de Constantinopla. A su vez el Patriarcado Ecuménico, tampoco tiene serias impugnaciones contra estas nuevas Sedes, siendo el único motivo para su no reconocimiento oficial las inconveniencias que en materia de política eclesiástica podrían acarrearle.No es un hecho demasiado secreto en el mundo eclesiástico bizantino, las relativamente armoniosas relaciones entre el Patriarcado Ecuménico y el Patriarcado de Kiev, el cual cedió una parroquia en Ucrania (año 2005) para ser usada como Metokion por la Sede de Constantinopla; también es conocido el malestar que suele causarle al Patriarca Alexis II de Moscú, las furtivas visitas de los delegados patriarcales de Constantinopla, a Jerarcas del Patriarcado Ucraniano.Es curioso constatar que pese a sus situaciones eclesiásticas actuales, algunas de las Iglesias que se encuentran dentro de este grupo, como ser la Iglesia Ortodoxa de Montenegro, o la de Macedonia, gozaron -en siglos anteriores- de una indiscutida y plena independencia eclesiástica, las cuales debido a procesos de orden netamente políticos, debieron ceder sus derechos y aceptar ser anexadas compulsivamente -durante el siglo XX- dentro de otra Jurisdicción, en ambos casos, dentro del Patriarcado Serbio.También es sabido -asimismo- que el Patriarcado Ecuménico se ve impedido de reconocer la autocefalía de las mencionadas Iglesias Balcánicas para evitar conflictos con el Patriarcado Serbio, así como se ve impedida también de reconocer al Patriarcado de Kiev, por temor a profundizar aún mas sus diferencias con el Patriarcado de Moscú; sin embargo cuando estas tensiones cesen algún día, es de pensar que dichas Jurisdicciones se integraran sin demasiada dificultad al conjunto de las Iglesias de la llamada Ortodoxia Mundial.Como es fácil adivinar, detrás de estos conflictos eclesiásticos subyacen problemas geopolíticos de Europa, es decir, todos sabemos que Rusia nunca terminó de asimilar la emancipación política de Ucrania y Bielorrusia, y eso también es reflejado en el plano eclesiástico por el Patriarcado de Moscú; asimismo, tampoco es un secreto para ningún politólogo europeo que el nacionalismo serbio, mas allá de la figura pública de Milosevic, era fogoneado entre bambalinas por el Patriarcado de Belgrado, el cual siempre apoyó la conformación de una Gran Serbia en los Balcanes; en congruencia con ello - el Patriarca Pavle - jamás digirió la emancipación de las Iglesias Macedonia y Montenegrina, de igual modo que gran parte del espectro político serbio no termina aún de aceptar del todo la independencia y autodeterminación de las Repúblicas de Macedonia y en especial de Montenegro.IGLESIAS ORTODOXAS CON CUESTIONAMIENTOS SOBRE LA FORMA DE ENTENDER LAS RELACIONES ENTRE IGLESIA Y ESTADO
(ESENCIALMENTE DURANTE LA ERA COMUNISTA)Dentro de este grupo deberemos incluir a Jurisdicciones tales como, la Iglesia Ortodoxa Rusa fuera de Fronteras (ROCOR), la Iglesia Ortodoxa Rusa Autónoma (ROAC), o la Iglesia Ortodoxa Libre de Bulgaria. Cabe mencionar como nota característica, que a diferencia de las Iglesias contenidas dentro del grupo anterior, ellas no guardan comunión entre si, pese a ser ideológicamente afines.Este conjunto de Iglesias Ortodoxas basan su razón de ser en el fuerte cuestionamiento acerca de cómo sus Sedes Patriarcales condujeron sus relaciones frente a los nuevos gobiernos comunistas de comienzos y mediados del siglo XX. Algunas de ellas -las mas antiguas- funcionaron con plena libertad en el Mundo Occidental, como ser la célebre Iglesia Ortodoxa Rusa Fuera de Fronteras (ROCOR), y la menos conocida Iglesia Ortodoxa Serbia Libre, sin embargo, esta última Jurisdicción se reconciliaría con su Sede Madre hacia 1991, para finalmente disolverse dentro del Patriarcado en Mayo de 1998.Hubo también otras Jurisdicciones que pese a tener origen en este tipo de cuestionamientos -encontraron finalmente- su lugar dentro de la Ortodoxia Mundial; tal es el caso del Exarcado Ruso de Europa Occidental, el cual halló protección canónica bajo el Patriarcado Ecuménico, y el de la Iglesia Ortodoxa en América u O.C.A, la cual justificó su independencia eclesiástica en la Revolución Bolchevique de 1917; como paradoja del destino, esta Jurisdicción encontraría la ansiada protección canónica - que le fue esquiva durante muchos años - bajo el propio Patriarcado de Moscú en 1970, es decir, en plena Guerra Fría; sin embargo la clave para que ambas Jurisdicciones pudieran lograr su inserción junto a las Sedes Mayores, fue precisamente, despegarse de los planteos políticos-ideológicos que les dieron origen.Volviendo a tiempos recientes, podemos afirmar que la Caída de los Regímenes Comunistas en Europa Oriental durante los años 90, impactaron fuertemente sobre las Jurisdicciones Ortodoxas en el Exilio radicadas en Occidente, dado a que con este cambio de situación política en sus patrias de origen, algunas de ellas entraron en fuertes crisis internas luego de años de una relativa estabilidad eclesiástica logradas con posterioridad a la finalización de la II Guerra Mundial.En la actualidad podemos clasificar a estas Iglesias en dos sub- grupos:A - LAS QUE SE ORIGINARON Y CRECIERON EN EL EXILIOB - LAS QUE SE ORIGINARON EN SUS PATRIAS DE ORIGENJURISDICCIONES ORIGINADAS EN EL EXILIODentro de este grupo el Colapso del Comunismo impactó con mas fuerza, puesto que como vimos anteriormente, ellas se conformaron y desarrollaron su vida pastoral lejos de sus países originarios; sin embargo, mientras que los serbios optaron por integrarse a su Sede Madre luego de la caída del Régimen, los rusos en el exilio todavía no han resuelto el tema; precisamente por ello podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que éstos últimos no supieron reformular las razones eclesiales de su existencia, perdiendo de hecho - en los últimos años - su dinamismo pastoral luego de que el Patriarcado de Moscú se encontrara libre ya de la dictadura marxista. Las posturas frente a que hacer de cara a esta nueva realidad -obviamente- trajo serios conflictos dentro de la Iglesia Rusa fuera de Fronteras (a la sazón, la última de las Iglesias en el Exilio) que culminaron en una serie de cismas. En la actualidad el cuerpo principal de la Iglesia Rusa Fuera de Fronteras, bajo la conducción del Metropolita Laurus, está encausando un proceso de reconciliación con el Patriarcado de Moscú, que muy probablemente, durante este año (Junio de 2006), culminará con la comunión plena entre ambas Jurisdicciones. De producirse este acto, se cerraría la era de las grandes Iglesias Ortodoxas en el Exilio, fenómeno eclesiástico típico del siglo XX.Este acercamiento entre el Patriarca Alexis, y el Metropolita Laurus, produjo un sinnúmero de pequeños cismas, tal es el surgimiento en los últimos años de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio (ROCE), comandada por el nonagenario Metropolita Vitaly, antiguo primado de la ROCOR; sin embargo este viejo Jerarca no logra dar cohesión a su pequeña constelación de Obispos, los cuales no dejan de reñir unos con otros en Europa, Estados Unidos, y Canadá. Muchos de los clérigos y teólogos pertenecientes a estos pequeños cismas cambian actualmente el foco de conflicto original, dirigiéndolo ahora hacia cuestiones de orden doctrinal y de tradición eclesiástica; encajando más -de hecho- dentro del grupo de Jurisdicciones con disidencias eclesiológicas y doctrinales, que con las de cuestionamientos en las relaciones entre Iglesia y Estado. Cabe mencionar, que en la actualidad la ROCOR, resolvió anular -durante el transcurso del Sínodo de Obispos convocado del 21 al 23 de Febrero de 2006- debido a su proceso de acercamiento a Moscú, todo vínculo eclesiástico formal con el grupo de Iglesias disidentes tradicionalistas que alguna vez supo liderar, para conservar sólo la comunión ciertamente ambigua, que mantuvo desde siempre con el Patriarcado Serbio y el Patriarcado de Jerusalén.JURISDICCIONES ORIGINADAS EN SUS PATRIAS DE ORIGENDentro de este sub-grupo podemos encontrar a la Iglesia Ortodoxa Rusa Autónoma (ROAC) -también conocida como Iglesia Ortodoxa Rusa Libre- y a la Iglesia Ortodoxa Búlgara Libre. Estas Iglesias, de modo contrario a lo que podemos suponer, surgen a mediados de los 90 a pesar de ser herederas -en cuanto a pensamiento- de cuerpos eclesiásticos anteriores, sobre todo en el caso de la ROAC.Estas Iglesias alcanzan su plenitud en la década pasada, cuando los otrora todopoderosos regímenes comunistas dieron paso a gobiernos de transición, los cuales se mostraron un poco mas proclives a otorgar cierta libertad de cultos. Los planteos que dieron origen a ambas Iglesias, también se produjeron en Rumania, dónde una parte del Episcopado amenazó con entrar en cisma si el Patriarca Teoctist de Bucarest, no dimitía a su Oficio Patriarcal debido a sus antiguos lazos con el gobierno del tristemente célebre dictador Ceaucescu, pero si bien el Patriarca efectivamente dimitió, éste fue repuesto en sus funciones - luego de pocos meses - por el propio Santo Sínodo en 1990. En este caso el surgimiento de una nueva Jurisdicción no llegó a concretarse.La Iglesia Ortodoxa Búlgara no corrió la misma suerte cuando una buena parte del Santo Sínodo desconoció en el año 1996 la autoridad del Patriarca Maxim, proclamando de hecho a un Patriarca rival llamado Pimen, éste anciano Jerarca fue apoyado por el flamante gobierno del Presidente Stuyanov, quién lo eligió para bendecir los actos de su asunción presidencial (1997), de este modo se consolidó la formación de la Iglesia Ortodoxa Búlgara Libre, sin embargo el éxito inicial duró poco, y a instancias del propio nuevo mandatario y de un Gran Sínodo extraordinario de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, en los que participaron el Patriarca Ecuménico junto a otros seis Patriarcas mas, dieron por finalizado el conflicto, y conminaron a todos sus Jerarcas a integrarse nuevamente dentro del Patriarcado conducido por Maxim, quién a cambio los reconfirmó al frente de sus antiguas diócesis; con todo la escisión volvería a resurgir a los pocos meses, y algunos Obispos volvieron a re-fundar a la Iglesia Ortodoxa Búlgara Libre que opera en aquel país hasta nuestros días bajo la conducción pastoral del Metropolita Inokenti. Esta poco conocida Jurisdicción si bien pertenece al grupo de Iglesias que cuestionan las relaciones políticas de sus Sedes con los gobiernos comunistas, es la única que mantiene lazos de comunión eclesiástica con Jurisdicciones ortodoxas de planteos eclesiásticos-nacionales, como ser el Patriarcado de Kiev, la Iglesia de Montenegro, la Iglesia de Macedonia y la Iglesia de Moldavia.Ninguna de estas Jurisdicciones pretende, al menos en la actualidad, reemplazar a sus respectivos Patriarcados dentro de sus países, puesto que ni el Metropolita Valentín en Rusia, ni el Metropolita Inokenti en Bulgaria, reclaman para sí el Oficio Patriarcal. Sus planteos -entonces- pasan mas bien por purificar la Iglesia -a través de un Concilio en dónde participen ambas facciones- de toda mancha de colaboracionismo con el pasado Régimen Comunista en sus respectivas naciones, a fin de remover de sus cargos a todos los clérigos sospechados de haber estado vinculados al aparato de los Servicios de Inteligencia de aquella época, o a las estructuras del Partido Comunista.La suerte que correrán estas Jurisdicciones en los próximos años es mas bien incierta, dado a que muy difícilmente se llegue alguna vez a celebrar dichos Concilios Locales que reconcilien a las facciones en pugna. En mi opinión personal, muy probablemente, en unos quince o veinte años, la razón de ser de estas Iglesias, se verán seriamente comprometidas debido a lo anacrónico que va a resultar ya su reclamo, dado a que es de esperar que para esa época, no queden muchos miembros en el Santo Sínodo, ni en Moscú, ni en Bulgaria, que hallan estado estrechamente vinculados al pasado régimen. Por lo tanto, no sería para sorprenderse, que ambas Jurisdicciones en resistencia se vayan disolviendo con el transcurso de los años, dentro de las estructuras de ambos Patriarcados. También es cierto que muy probablemente algún pequeño remanente de las mencionadas Iglesias persistan en su refracción al proceso, sin embargo también creo que no pasarán de ser una nota anecdótica dentro de la realidad eclesiástica futura de aquellas naciones.IGLESIAS ORTODOXAS CON DISIDENCIAS SOBRE TRADICIÓN Y ECLESIOLOGÍAEste grupo de Jurisdicciones es quizás el mas nutrido, ya que en ella podemos incluir a Iglesias tan disímiles entre sí como la Iglesia Ortodoxa Rusa Vétero Ritualista, como a la Iglesia Ortodoxa Griega Vétero Calendarista, a su vez estas Iglesias, a lo largo de su historia, han sufrido numerosos cismas y micro-cismas que hacen casi imposible nombrarlos a todos, pero nombraremos aquí algunos de los mas numerosos. La Iglesia Ortodoxa Vétero-Calendarista Griega (Sínodo de Kyprianos), Iglesia Ortodoxa Vétero-Calendarista Búlgara, Iglesia Vétero-Calendarista Rumana, Iglesia Vétero Calendarista de Chipre, Iglesia Vétero-Calendarista Griega (Sínodo de Máximos), Iglesia Ortodoxa Vétero-Creyente de Rusia (Sínodo del Metropolita Adrián), Iglesia Ortodoxa Vétero-Creyente de Rumania, etc, etc, etc.A la vez se puede dividir a este grupo de Iglesias, en razón a su planteo original., en otros dos sub-grupos:I - LAS QUE RECHAZARON LA MODIFICACIÓN DEL ANTIGUO RITO BIZANTINO ESLAVO EN EL SIGLO XVII. (VÉTERO-RITUALISTAS)II - LAS QUE RECHAZARON LA MODIFICACIÓN DEL CALENDARIO LITÚRGICO JULIANO EN 1924. (VÉTERO-CALENDARISTAS)Este prolífico grupo de Iglesias Ortodoxas tienen, como nota característica, una mayor propensión al cisma que el resto, (a excepción de las Iglesias Vétero-Calendarista de Rumania y Bulgaria que han sabido mantener una llamativa cohesión interna); y además una cierta tendencia a no forjar vínculos canónicos estables con otras Jurisdicciones de su tipo.VÉTERO CALENDARISMOComo ya mencionamos en otros artículos en este mismo Sitio Web, el Vétero-Calendarismo nace como consecuencia del abandono del tradicional calendario litúrgico juliano por parte del Patriarca Ecuménico Meletios (Metaxakis) en el año 1924. El Vétero-Calendarismo, poco después se dividiría en dos facciones, una conocida como Florinistas, de eclesiología mas moderada, y otra de eclesiología mas radical conocidos bajo el nombre de Matewitas; a su vez es notorio que ambas facciones se fragmentaron en varios grupos mas, haciendo del Vétero-Calendarismo, en especial del griego, un intrincado grupo de Jurisdicciones rivales entre sí.Es curioso constatar, que muy a menudo, son mas las coincidencias entre los distintos Sínodos que sus diferencias; sin embargo debido a que entre ellos pareciera haberse librado una competencia consistente en ver quien es mas purista que el otro, hace que les resulte ciertamente difícil guardar una cierta disciplina eclesiástica interna. Por tal motivo al Vétero-calendarismo se lo debe entender mas como un “Movimiento” dentro de la Ortodoxia, que como una auténtica Jurisdicción Eclesiástica.Otro tema que es preciso remarcar es que las inter-comuniones dentro del vétero-calendarismo, son un hecho difícil de sostener en el tiempo debido a la inestabilidad de sus Sínodos, sin embargo un grupo importante ha logrado mantenerse cohesionado y en comunión entre sí, este es el caso ya anteriormente mencionado de las Iglesias de Rumania y Bulgaria, conjuntamente con el Sínodo Griego de Kyprianos, los cuales estuvieron a su vez en comunión hasta el año 2005 con la Iglesia Ortodoxa Rusa fuera de Fronteras (ROCOR).Cabe mencionar, que durante bastantes años, la ROCOR, -a pesar de no pertenecer por origen a este grupo de Jurisdicciones- intentó liderar de facto a las Iglesias vétero-calendaristas (de cuño florinita) y levantar sus banderas anti-ecumenistas y en pos de la conservación del tradicional calendario juliano en todo el Mundo Bizantino; sin embargo pese a sus esfuerzos, y de haber sido ella misma quién les dio Sucesión Apostólica, jamás pudo mantener cohesionado al grupo mas allá de unos pocos años en la década del 60. En la actualidad la ROCOR, como resultado de su acercamiento al Patriarcado de Moscú, dejó libradas a su suerte a las Jurisdicciones Vétero-Calendaristas en comunión con ella, renunciando -de hecho- a liderar a los grupos de tradicionalistas ortodoxos a nivel mundial, puesto que durante el Sínodo de Obispos celebrado en EEUU entre los días 21 y 23 de Febrero de 2006, la Iglesia Ortodoxa Rusa Fuera de Fronteras, comunicó oficialmente el fin de la Comunión Sacramental que la ligaba a las Iglesias Ortodoxas Vétero-Calendaristas de Rumania, Bulgaria y Grecia (Sínodo de Kyprianos)
Arz. Auxentios de Atenas Jerarca Vétero Calendarista consagrado por Obispos de la ROCORA pesar de todo, algunos monjes en el Monte Athos mantienen cierta simpatía hacia los vétero-calendaristas en sus distintas versiones, sin embargo, ningún Monasterio de la Santa Montaña adhirió a alguno de los Sínodos presentes en Grecia. Debemos mencionar asimismo que el Monasterio Ephigmenos, es sin lugar a dudas el más explícitamente cercano al Movimiento Vétero-Calendarista, y en razón de ello, el Patriarca Ecuménico busca desalojarlos del Monte Athos, aún recurriendo a la autoridad civil.En otro orden de cosas, se puede afirmar que lo que más complica las relaciones de gran parte de las Jurisdicciones Vétero-Calendaristas con sus Iglesias de origen, es precisamente la costumbre de poner en duda la Ortodoxia Doctrinal y Gracia Sacramental de las mismas, lo que anula de raíz toda posibilidad de dialogo; con todo, el Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Griega, Kyrios Cristoudolos, ensayó algún tipo de acercamiento con uno de los Sínodos de mayor peso dentro de Grecia, sin lograr resultados concretos hasta el momento.La realidad eclesiástica de estos Sínodos, sumado a sus posturas teológicas y pastorales rígidas no permiten ser muy optimistas en cuanto a la futura reunificación de estos con sus Iglesias Madres, es probable -entonces- que algunos Sínodos moderados encuentren algún lugar -con el correr de los años- dentro de la Ortodoxia Mundial; sin embargo este proceso va a ser, seguramente, resultado mas de negociaciones individuales que colectivas.Es honesto decir -también- que la mayor parte de los viejo calendaristas desearían estar integrados al resto de las Sedes Mayores de la Ortodoxia, y de hecho aún se sienten parte de ella, pero la mayor dificultad para que esa integración finalmente ocurra, es que los miembros de dicho movimiento aspiran -como condición para la unidad- a que la amplia mayoría del mundo bizantino actual acepte conducir los destinos de la Iglesia, conforme a la visión ciertamente minoritaria de aquel movimiento tradicionalista.VÉTERO-RITUALISMOUn caso absolutamente distinto es el de las Iglesias Vétero-Ritualistas, las cuales ya no pretenden - luego de siglos de aislamiento - ningún tipo de integración orgánica a la Ortodoxia Mundial; ni tampoco aspiran a que el Patriarcado de Moscú retorne al antiguo Rito Eslavo modificado por el Patriarca Nikón a mediados del siglo XVII. De modo similar a los Vétero Calendaristas, ellos también experimentaron algunas fracturas, dividiéndose en dos o tres facciones dentro de Rusia; sin embargo, existe un cuerpo principal dentro de los vétero ritualistas rusos, el cual esta comandado desde Octubre del 2005 por el Metropolita Korniliy, quién también mantiene lazos de comunión plena con la Iglesia Vétero-Ritualista de Rumania (y Hungría) liderada por el Metropolita LeontyEn las últimas décadas, los Vétero-Ritualistas Rusos, han mejorado sustancialmente su relación con el Patriarcado de Moscú, sin llegar por eso a estar -obviamente- en Comunión Plena. Si bien existe un pequeño Sínodo de Vétero-Ritualistas en Rusia encabezados por un Patriarca de Moscú, la principal Iglesia Rusa Vétero Ritualista no se presenta a si misma como una Iglesia Rival al Patriarcado, por tal motivo carecen de la figura Patriarcal, siendo el título ostentado por la máxima autoridad de dicha Iglesia, el de Metropolita de Moscú y toda Rusia. Las Jurisdicciones Ortodoxas Vétero-Ritualistas también cuestionan al Movimiento Ecuménico del mismo modo que lo hacen los Vétero-Calendaristas, y cuestionan al igual que la Iglesia Ortodoxa Rusa Libre, (aunque con mayor suavidad) el colaboracionismo mostrado por el Patriarcado de Moscú durante la Era Soviética.
Metropolita Adrián (+2005) Cabeza de los Vétero-Ritualistas RusosComo pudimos observar a través de estas líneas, el grupo de Iglesias Tradicionalistas es por demás complejo, y su característica principal parecería ser la incapacidad para mantenerse cohesionados internamente, quizás la razón de esto se deba esencialmente a que no se ven a si mismos tanto como Iglesias Institucionales, sino mas bien como un movimiento inter-jurisdiccional dentro de la Ortodoxia Bizantina contemporánea.IGLESIAS ORTODOXAS CON ASPIRACIONESETNICO-CULTURALES Y CULTUALES EN OCCIDENTEExiste una sola Jurisdicción Ortodoxa de indudable origen canónico que basa su razón de ser en un planteo de este tipo: “La Iglesia Católica-Ortodoxa de Francia”, la cual fue fundada por un ex-sacerdote católico romano que terminó sus días como Archimandrita ruso del Patriarcado de Moscú, el Padre Ireneo Winnaert, el cual fue nombrado encargado para los fieles de Rito Occidental (en este caso: el Galicano), por el entonces Metropolita Sergio de Moscú. Esta Jurisdicción se mantuvo bajo la Protección Canónica de Moscú desde 1937 hasta 1952, luego pasó a depender del Exarcado Ruso de París desde 1953 a 1956, y de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio desde 1957 a 1966, fue precisamente durante este período, cuando se consagra a su primer Obispo en 1964, Vladika Kovalevsky, quién fallece en 1970 sin poder consagrar un sucesor.
Vladika Kovalevsky -con Mitra Latina-
junto a San Juan Maximovich (1964)Finalmente en 1972, un sacerdote francés ordenado por el mismo Vladika San Juan Maximovich, Gilles Hardy, quién toma el nombre de Germán, es consagrado en Bucarest con el beneplácito del Patriarca Justino de Rumania. El día 30 de Abril, la delegación francesa concelebraba la Sagrada Liturgia con el Patriarca rumano, como signo visible de conexión canónica entre la Iglesia de Francia y el Patriarcado de Rumania. El Obispo Germán es quién aún hoy conduce a la Iglesia Ortodoxa de Francia, a pesar de los muy fuertes cuestionamientos que sufrió por gran parte de su clero, muchos de los cuales terminaron por integrarse dentro de otras Jurisdicciones Ortodoxas, aún pagando el precio de abandonar el Rito Occidental.Si bien esta es la única Jurisdicción Ortodoxa neta y exclusivamente de Rito Occidental, hay otras como ser: la Metrópolis Ortodoxa Autónoma de Europa Occidental y las Américas (Sínodo de Milán) que posee algunas parroquias de Rito Occidental tanto en España (Rito Galicano) como en los Estados Unidos (Rito Old Sarum), la Iglesia Ortodoxa Antioquena la cual es la que suele tener las comunidades mas numerosas de Rito Occidental (Rito de San Tikhon) en los Estados Unidos, y finalmente la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio, también apoya el Rito Occidental (Old Sarum) en varias parroquias de Australia.Sin embargo, y para finalizar, si bien las Iglesias mencionadas anteriormente apoyan o sostienen algún tipo de Rito Occidental, es la Iglesia Ortodoxa de Francia la única que no practica de ningún modo la bi-ritualidad basando la razón de su existencia en el redescubrimiento de las formas litúrgicas occidentales de la ortodoxia.
Por el padre Gorazd
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CONCEPTO DE CANONICIDAD, SUS DOS ASPECTOSMuchos son los fieles ortodoxos que se preguntan sobre el significado del término “canónico” o “no-canónico” aplicado a una Iglesia, y la verdad para ser franco, es que esta pregunta suele ser bastante difícil de responder debido a su complejidad. Es necesario aclarar, sin embargo, que muchas veces se parte del concepto erróneo (y en cierto modo simplista) de confundir la Canonicidad de la Iglesia con un reconocimiento Oficial de la Sede de Constantinopla.Para comenzar debemos afirmar que toda Iglesia que cumple fielmente con los Cánones emanados de los 7 Concilios Ecuménicos es de suyo “Canónica”; a su vez, muchos estudiosos de la eclesiología ortodoxa marcan dos aspectos de la misma: 1- La Canonicidad Dogmática, es decir, la fiel custodia de las Verdades de Fe legadas por Nuestro Señor al género humano a través de Su Iglesia, mediante las Sagradas Escrituras, las resoluciones de los Concilios Ecuménicos y la tradición Patrística, y 2- La Canonicidad Administrativa, más ligada a la Tradición Canónica (lo que en Occidente se podría entender como el Derecho Canónico) cuyo libro central es la colección de cánones de la Pidalión, la cual rige el orden dentro de la Iglesia en su peregrinar por la tierra.Demás está decir que el más importante es el primer aspecto, sin embargo no se debe despreciar el segundo, puesto que la Canonicidad Administrativa, guarda a través de sus normas pastorales, el reflejo en las costumbres eclesiásticas y eclesiales de la pureza de la Fe Ortodoxa.
Es
de destacar que pese a lo antes mencionado, existen Iglesias que si bien
guardan celosamente ambos aspectos de la Canonicidad, no son, sin embargo,
reconocidas como tales por otras Iglesias Ortodoxas; puesto que para ser
reconocidas como "Canónicas", no solo deben en efecto serlo, sino
que deben ser reconocidas, ante todo por el Patriarcado Ecuménico; aunque
sobre este asunto, si somos honestos, tampoco hay acuerdo, ya que es un
tema intensamente debatido en el seno de las Iglesias Patriarcales, porque
como bien es sabido, el Patriarcado de Moscú también se adjudica el derecho
de reconocer a una Iglesia como canónica, el mejor ejemplo de este hecho
es el caso de la "Iglesia Ortodoxa en América” u “O.C.A”, a la cual
el Patriarcado de Moscú le confirió el “Tomos de Autocefalía”, lo cual equivale
a proclamar su “Canonicidad” frente al Mundo de la Ortodoxia, y sin embargo,
Constantinopla le niega ese reconocimiento, creándose de este modo una situación
muy irregular, puesto que mientras sendos Patriarcados como el de Moscú,
Serbia, o Georgia reconocen la Canonicidad de la autocefalía de la “O.C.A”,
los Patriarcados de Constantinopla, Jerusalén y otras Iglesias Autocéfalas
de cuño helénico, niegan dicho reconocimiento, considerándola por lo tanto
como una Jurisdicción de autocefalía no reconocida o “no-canónica”.
El Patriarca
de Georgia Illia II con el Metrop.
Theodosius
de la Iglesia Ortodoxa en América
de la Iglesia Ortodoxa en América
En realidad hay dos
modos, a grandes rasgos, de conceder el status de Canonicidad a una Iglesia
Ortodoxa, o bien por un "Tomos de Autocefalía" o bien por un "Tomos
de Autonomía". (también existe una tercera vía, la “absorción”
como en el caso de la Iglesia Ortodoxa de Holanda, la cual
al pasar a la órbita de Moscú, se disolvió en ella pasando a ser una diócesis
) La discusión sobre el tema del derecho de una Iglesia Ortodoxa a otorgar
un Tomos de Autocefalía a una Iglesia hija (tema al cual está indisolublemente
unida la cuestión de la Canonicidad) llegó a convertirse, desgraciadamente
-en el año 1996-, en causa de una agria disputa que superó a la acalorada
discusión teórica entre canonistas, para convertirse en una seria amenaza
de ruptura entre el Patriarcado de Moscú y el Patriarcado Ecuménico(*),
este triste acontecimiento se superaría
finalmente gracias a la acción del Espíritu Santo, y a la sensatez de ambos
Patriarcas: Alexis II de Moscú y Bartolomé I de Constantinopla.
Es una verdad incontrovertible,
sin embargo, que existe una fuerte rivalidad entre la Sede de Constantinopla
y la Sede de Moscú; y mientras la primera lidera a las Iglesias Ortodoxas
de cuño Helénico, la segunda lo hace con las de cuño Eslavo; esto da por
resultado que muchas veces las Iglesias Autónomas que consiguen su Tomos
por parte del Patriarcado de Constantinopla, no sean reconocidas por el
Patriarcado de Moscú, y por ende por parte del resto de las Iglesias Ortodoxas
Eslavas, como ser el caso de la “Iglesia Ortodoxa Ucraniana de EEUU y la
Diáspora” o la “Iglesia Católica Ortodoxa Cárpato Rutena en América”; mientras
que el Patriarcado de Constantinopla no reconoce, en cambio, la Canonicidad
del Tomos de Autocefalía otorgado por Moscú a la “Iglesia Ortodoxa en América”
(O.C.A), o la Canonicidad del Tomos de Autonomía otorgado por
el Patriarcado Ruso a la “Iglesia Ortodoxa del Japón”, en solidaridad con
Constantinopla, Iglesias Ortodoxas como las de Jerusalén o Chipre, tampoco
las reconocen.
Como ejemplo válido de lo
antes citado podemos poner un caso que se dio aquí, en Latinoamérica, hace
tan solo un par de años: Como consecuencia de la crisis provocada por la
separación de su cargo del Metropolita Joao (de la Provincia Eclesiástica
de España, Portugal y Brasil) por parte del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa
de Polonia, unos sacerdotes y clérigos de la región de Aldeia
decidieron abandonar la Arquidiócesis de Río de Janeiro de dicha Jurisdicción,
para integrarse a la Diócesis de América del Sur de la “Iglesia Ortodoxa
Ucraniana de EEUU y la Diáspora”, cuando los mencionados clérigos, siguiendo
lo estipulado en el Pidalión (Especie de
Derecho Canónico
Ortodoxo ) solicitaron la autorización del Metropolita Sabas
de Varsovia a fin de realizar el pase, éste negó conceder la autorización
alegando que la Jurisdicción Ucraniana no era considerada como Canónica
por su Sínodo por más que los Ucranianos estuvieran bajo la Protección de
Constantinopla, por ende, él en su calidad de Metropolita de Polonia, no
podría autorizarlos. Tiempo después los clérigos de Aldeia
decidieron integrarse al Patriarcado Serbio, bajo el Omoforión de Vladika
Mitrophan.
Otra manera de brindar
un reconocimiento canónico a una Iglesia Ortodoxa, como ya dijimos antes,
es a través de un “Tomos de Autonomía” pero en este caso su Canonicidad
reposa - en un sentido mas ontológico - sobre la de
su Iglesia Madre, mas que en el reconocimiento de las otras Jurisdicciones
Ortodoxas.
Algunos autores proponen para no usar indebidamente
los términos de Iglesias Canónicas o No-Canónicas, reemplazarlos por el
de "Iglesias Oficiales" e "Iglesias No-Oficiales", sin
embargo estimado lector, admito que el término me parece demasiado imbuido
del espíritu del siglo, es decir muy político
y muy laico. También debido a la laicidad del término, sigue sin ser muy
preciso, puesto que pueden existir "Iglesias Ortodoxas Oficiales"
sin ser por ello reconocidas como tales por la propia Constantinopla, como
es el caso de la República de Montenegro, en dónde el Estado reconoce como
Iglesia Oficial del país a la "Iglesia Ortodoxa de Montenegro"
la cual dista de ser considerada "Oficial" por Constantinopla
o por algún otro Patriarcado.
En el plano personal prefiero hablar de "Iglesias
Ortodoxas en Comunión con Constantinopla" e "Iglesias Ortodoxas
sin Comunión con Constantinopla", porque me parece que, pese a lo relativo de la expresión, grafica
un poco mejor la situación, dado a que una Iglesia sólo es genuinamente ortodoxa cuando es canónica, por
tal razón podemos afirmar que no existe, ni puede existir una Iglesia Ortodoxa
No-Canónica, ya que esto de suyo implicaría una contradicción grave. La
Ortodoxia, como todos sabemos, reposa de manera indisoluble sobre los dos
aspectos de la Canonicidad: 1- La Dogmática, la cual se fundamenta en las
Sagradas Escrituras, las resoluciones de los VII Concilios Ecuménicos y
la tradición de los Santos Padres, y 2- La Administrativa, la cual se apoya
en la Tradición Canónica expresada en los códigos de la Pidalion;
ambos aspectos constituyen en la práctica la Canonicidad de la Iglesia y
están estrechamente vinculados entre sí, de manera que no se puede concebir
el uno aisladamente del otro.
LAS SEIS SITUACIONES CANÓNICAS
Es importante destacar que el estatus de canonicidad
de una Iglesia no es algo estanco, monolítico, o pétreo, sino que es un
fenómeno dinámico, porque la Iglesia, como creatura de Dios, es una Institución
"Viva" y si bien es asistida por el Espíritu Santo, lo que le
da su dimensión Trascendente y la dota de la Estabilidad del Dios Inmutable
(Cristo ayer, hoy y siempre), también está gobernada por hombres, los cuales
pueden ser santos o pecadores, valientes o timoratos, prudentes o temerarios,
pero que mas allá de sus cualidades personales, pertenecen a una Institución
que los excede en su Abismal Misterio. Por tal razón, no nos debe escandalizar
los vaivenes que una Jurisdicción pueda experimentar a lo largo de su Historia,
porque esa inestabilidad no es fruto del Caos, sino el fruto, a veces amargo,
de la inmensa libertad que Dios concede al hombre, aún en temas concernientes
a Su Misión Redentora. El tema de la Canonicidad, estimado lector, no es
ajeno a esto, y si bien la realidad Sobrenatural de la Iglesia permanecerá
Inmutable hasta el día de la Parusía, su realidad eclesiástica variará también
hasta dicho día. Una vez aclarado este punto, que no es menor, podemos pasar
a ver con el espíritu más clarificado, esas variantes que una Iglesia puede
experimentar durante el desarrollo de su vida institucional.
Empecemos, pues diciendo, que una Jurisdicción Ortodoxa
puede encontrarse dentro de estas seis situaciones canónicas que pasamos
a detallar, es importante tener en cuenta que estas situaciones pueden variar
a lo largo del tiempo, tal como veremos a continuación.
A- IGLESIAS NO-CANÓNICAS - En el sentido absoluto del término -
Es fácil advertir para cualquier
fiel ortodoxo que navegue en Internet, descubrir la existencia, para su
sorpresa, de una verdadera constelación de pequeñas Iglesias Vagantes que
incluyen el término “Ortodoxo” en sus denominaciones y que pese a ello carecen
de un cuerpo doctrinal claro, de una tradición litúrgica bizantina y de
una eclesiología ortodoxa. Generalmente, las mencionadas Iglesias carecen
también de una Sucesión Apostólica de origen bizantino; un claro ejemplo
de este tipo de Iglesias es la llamada "Iglesia Ortodoxa Inclusiva",
la cual tiene Sucesión Apostólica de origen Romano (Duarte Costa), usa un
Rito llamado "de las Américas" y posee una orden monástica de
tipo católico, totalmente ajena a la eclesiología ortodoxa. Así
mismo considero importante aclarar que lo que aquí se hace es un análisis
eclesiólogico sobre la situación de una Jurisdicción determinada,
que en nada deberá confundirse con un juicio a la honorabilidad o santidad
de sus miembros, ya sean clérigos o seglares.
Líderes de la llamada Iglesia Ortodoxa Inclusiva
Celebrando el “Rito de las Américas” con sus ornamentos de tradición propia
Celebrando el “Rito de las Américas” con sus ornamentos de tradición propia
Hubo otro caso, no tan evidente
(en su aspecto exterior) a principios del Siglo XX en Ucrania, dónde un
grupo de sacerdotes ordenó, con el reconocimiento del Estado Ucraniano,
a otros al episcopado para conformar una Iglesia Ortodoxa Autocéfala en
Ucrania. En este caso como ningún jerarca ortodoxo avaló la acción de los
ucranianos independentistas, ellos mismos se procuraron fundar un episcopado
sin raíces apostólicas, en flagrante violación a los dogmas y eclesiología
de la Iglesia. Esta Jurisdicción tuvo una existencia efímera, ya que fue
disuelta al poco tiempo por las autoridades soviéticas al anexar Ucrania
a la URSS.
En este caso, como se puede
observar, la violación a la Canonicidad Administrativa es tan importante,
que afecta al concepto mismo de Sacramento, comprometiendo seriamente la
ortodoxia doctrinal de la Iglesia. Este ejemplo es útil para demostrar como
una violación del aspecto Canónico Administrativo, puede generar posturas
teológicas heterodoxas que le sirvan de sustento en el plano doctrinal.
B- IGLESIAS DE CANONICIDAD CUESTIONADA
En esta situación a veces caen Jurisdicciones de auténtica
Fe Ortodoxa, pero que debido a diversas circunstancias se encuentran privadas
de contar con un Sínodo de Obispos que las gobierne. En estos casos, un
Obispo, haciendo uso del Canon de Necesidad, ordena al episcopado a algún
sacerdote, contradiciendo el primero de los Cánones Apostólicos, el cual
establece que un Obispo deberá ser consagrado por otros dos o tres Epíscopos.
Esta situación anómala pone a dicha Iglesia en una situación Canónica irregular,
aunque no puede considerársela por este motivo como inválida.
Esta
amarga situación fue experimentada, en sus comienzos, por la "Iglesia
Vétero Calendarista de Rumania"; la cual en un principio no tuvo el
respaldo de ningún obispo, hasta que en el año 1955, un obispo retirado
del Patriarcado de Rumania se unió a ellos, su nombre era el de Galaction,
y al final de sus días, él solo, debió consagrar tres nuevos obispos, uno
de ellos fue Glicheire, quién tiempo después de
su muerte fue glorificado por su Jurisdicción, convirtiéndose en San Glichierie de Rumania; sin embargo esta Iglesia pudo en el
año 1979, (con el auxilio del Sínodo Vétero Calendarista Griego del Arz.
Kallistos), subsanar esta situación, reconsagrando a toda
su jerarquía.
Vladika Glicheire de Rumania
C- IGLESIAS
DE CANONICIDAD INCUESTIONABLE, PERO NO RECONOCIDAS.
Se trata de auténticas Jurisdicciones Ortodoxas que
han recibido su Sucesión Apostólica de una jerarquía ortodoxa de validez
incuestionable, y que en muchos casos hasta han recibido el aval de sus
Iglesias Madres. Estas Iglesias, son en general, emancipaciones o
escisiones de Patriarcados o Jurisdicciones mayores, tal como puede
ser el caso de la "Iglesia Ortodoxa de Macedonia", en el
primer caso, dónde los Obispos Macedonios pertenecientes al Sínodo Serbio
decidieron proclamar unilateralmente su autocefalía; o bien en el segundo
caso, como el de la "Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio"
dónde un grupo de Obispos escindidos del Patriarcado de Moscú crearon una
Jurisdicción en paralelo.
Un elemento esencial
que hace a la Canonicidad de una Iglesia es su dimensión eclesial de origen,
para decirlo de modo más sencillo: una Iglesia Ortodoxa, siempre se origina
en el seno de otra Iglesia Mayor, sin este aspecto no existe posibilidad
de Canonicidad alguna, puesto que a diferencia de la concepción occidental,
un Jerarca sin pueblo no puede fundar una Jurisdicción, puesto que esta
no estaría entroncada en una realidad eclesial mayor; en la concepción Occidental,
empero, solo cuenta la validez de la Sucesión Apostólica, en cambio en la
Eclesiología Bizantina es un elemento decisivo, pero no el único.
Un ejemplo válido
en este sentido es el de la “Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Montenegro”,
la cual en el año 1993, por activa decisión de la misma población montenegrina,
resolvió retornar a su antiguo estado autocéfalo que detentó por casi dos
siglos, y que fuese reconocida en
aquella época, por parte del Patriarcado Ecuménico, la Iglesia Ortodoxa
Rusa, e incluso por la propia Iglesia Ortodoxa Serbia hasta el año 1920,
donde se vio presionada -por motivos políticos- a disolverse dentro del
Patriarcado Serbio. A diferencia de los casos citados mas arriba, la Jerarquía
Episcopal Montenegrina, no es ni producto de una escisión, ni de una emancipación
del Patriarcado Serbio, sino mas bien fruto de una implantación externa,
-como en el caso de los vétero-calendaristas griegos- ya que su linaje apostólico actual es de origen
búlgaro.
Otra Jurisdicción que está bien definida en este aspecto
poco explicado de la Canonicidad, es la "Metrópolis Ortodoxa Autónoma
de Europa Occidental y las Américas", la cual es producto de un
Tomos de Autonomía de la "Iglesia
Ortodoxa Vétero Calendarista de Grecia", y de otro extendido por la
"Iglesia Ortodoxa de Ucrania" - Patriarcado de Kiev -; también
esta Metrópolis cuenta con una declaración de la Iglesia Ortodoxa
Ucraniana de los EEUU, (actualmente bajo Jurisdicción del Patriarcado
Ecuménico) a través de la cual se la reconoce como "Iglesia Hermana,
igual en derechos y dignidad", lo que la convierte en un claro ejemplo
de eclesialidad de la que habíamos estado hablando.
Otro rasgo de la Canonicidad indiscutida de estas Jurisdicciones,
es el reconocimiento tácito que reciben de las Iglesias Patriarcales, las
cuales suelen tomar como válidos los sacramentos impartidos por ellas, e
incluso llegando a dar validez oficial a las ordenaciones sacerdotales o
episcopales celebradas en el seno de estas Iglesias Ortodoxas.
Metropolita
Laurus de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio
A la izquierda Vladika Mileant, Obispo de Buenos Aires
A la izquierda Vladika Mileant, Obispo de Buenos Aires
D- IGLESIAS DE CANONICIDAD INCUESTIONABLE PERO PARCIALMENTE
RECONOCIDAS
Este es el caso de la Iglesia Ortodoxa en
América u O.C.A, ésta jurisdicción la cual hasta la Revolución
Bolchevique de 1917 era parte orgánica de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en calidad
de Diócesis de Norteamérica, decidió en Abril de 1924 auto-gobernarse, aunque
manteniendo “comunión espiritual” con el Patriarcado de Moscú. En el año
1935, decidieron ponerse bajo la Protección Canónica de la Iglesia Ortodoxa
Rusa en el Exilio, -aunque conservando su independencia- situación que culminaría
en 1946, dónde los Obispos de la O.C.A, decidieron
reconocer al Patriarca de Moscú, nuevamente, como su Cabeza espiritual,
aunque manteniendo su autonomía administrativa. Hacia el año 1970,
el Patriarcado de Moscú concedió el estatus de autocefalía a esta Metrópolis,
la cual adoptó el nombre de “Orthodox Church
in America” (mas conocida como: “OCA”). Como consecuencia de
este acto soberano del Patriarca Ruso hubo un
tenso intercambio de cartas entre Moscú y Constantinopla, a través
de la cual, el Patriarcado Ecuménico, cuestionaba la autoridad de Moscú
para conceder dicho estatus a su Iglesia Hija.
Este conflicto aún
no ha sido resuelto si bien las relaciones entre la O.C.A.
y el Patriarcado Ecuménico son relativamente armoniosas. Como consecuencia
práctica de esta situación, hay Iglesias Ortodoxas Autocéfalas que reconocen
plenamente a la Iglesia Ortodoxa en América, como ser la Iglesia Ortodoxa
Rusa, la Iglesia Ortodoxa de Rumania, o la de Georgia, y otras como ser
el Patriarcado de Constantinopla que no la reconocen en su estatus de autocefalía,
dándole de facto un lugar de marginalidad canónica; puesto que en efecto,
dicha Jurisdicción estaría actualmente imposibilitada de participar de un
eventual Concilio “Pan-Ortodoxo”
Otros casos que podemos citar
dentro de esta categoría, son las que incluyen a gran parte de las Iglesias
Ortodoxas Autónomas, puesto que en estos casos se evidencia la fuerte
rivalidad entre la Sede de Constantinopla y la Sede de Moscú. El Phanar, por ejemplo, no reconoce el Tomos de Autonomía que
el Patriarcado de Moscú concedió a la “Iglesia Ortodoxa del Japón”,
puesto que la Sede de Constantinopla se abroga el derecho exclusivo de concederlo
sobre aquellas Iglesias que se ubiquen fuera del Territorio Canónico de
alguna otra Iglesia Local. En tanto el Patriarcado de Moscú no reconoce la
Canonicidad, entre otras, de la “Iglesia Ortodoxa Ucraniana de EEUU y
la Diáspora”, de la “Iglesia Ortodoxa Ucraniana de Canadá” o
la de la “Iglesia Ortodoxa de Estonia”; puesto que las considera
frutos de disidencias internas de la -Iglesia Ortodoxa Rusa-, la cual reclama
a Ucrania y a Estonia como pertenecientes a su territorio canónico natural,
por ende el reconocimiento de Constantinopla a dichas Iglesias -aunque fuese
en diáspora - es vivenciada como una intromisión del Phanar
en los asuntos eclesiásticos internos del Patriarcado de Moscú. En solidaridad
las Iglesias Ortodoxas Eslavas, como ser la Iglesia Ortodoxa de Polonia,
o Checoslovaquia, no reconocen a estas Iglesias como Canónicas.
Algunos autores proponen
colocar en esta situación canónica a la ROCOR (Iglesia Ortodoxa Rusa
en el Exilio), puesto que tiene un cierto grado de reconocimiento por parte
del Patriarcado Serbio y del Patriarcado de Jerusalén, pero en lo personal
no estoy de acuerdo en incluirlos en este grupo, puesto que dicho reconocimiento
roza, en general, la ambigüedad y no está lo suficientemente
explícito en ningún documento como podría ser un Tomos. Lo que sí consideraría
un error -sin atenuantes- es incluir a las Iglesias Vétero-Calendaristas
de Bulgaria, Rumania, y Grecia dentro de esta categoría, porque si bien
están en Comunión con la ROCOR, esto no supone de ningún modo que el presunto
reconocimiento de la Iglesia Ortodoxa Serbia, o de la de Jerusalén, sean
extensibles a ellas; mucho menos incluiría aún a la Iglesia de las
Catacumbas, o Tikhonista (Rusia), la cual tiene
ribetes tan integristas, que la hacen irremediablemente sectaria En el caso
de la O.C.A, en cambio, el reconocimiento de las
Jurisdicciones que admiten su estatus de autocefalía y canonicidad son claras,
y carentes de ambigüedades
Metropolita
Gernán
de la Iglesia Ortodoxa en América
de la Iglesia Ortodoxa en América
E- IGLESIAS DE CANONICIDAD CUESTIONABLE PERO RECONOCIDAS.
En realidad, este
es un caso de extrema rareza, es más, que recuerde se dio un solo caso en
la Historia de la Iglesia Ortodoxa, y fue en los tumultuosos años de la
Rusia Bolchevique en las primeras décadas del siglo XX. He aquí sintetizada
su historia: El 14 de mayo de 1922, un grupo de sacerdotes descontentos,
acaudillados por Alejandro Wedensky, publicaba
un manifiesto en el diario bolchevique Izvestia,
en el que se acusaba a la dirección eclesiástica de contrarrevolucionaria,
y pedía al gobierno facultad para poder reunirse en concilio. El 29 de mayo se reunía una pequeña asamblea
constituyente, que no presentaba, ni mucho menos, un organismo uniforme,
compuesta de los grupos siguientes: la "Iglesia viva",
capitaneada por el sacerdote Krasnitsky; la "Vieja
Iglesia apostólica", bajo Wedensky; la
"Iglesia del renacimiento", con el obispo Antonino, y la
"Iglesia libre de los obreros". Como se puede observar,
eran recientes, poco serias, e improvisadas, sin embargo, en el concilio
celebrado en 1925 podían felicitarse de sus insospechados progresos: de
9.939 iglesias, con 11.057 sacerdotes y 176 obispos que tenían a fines de
1924, habían pasado, en menos de un año, a 16.000 iglesias, 17.000 sacerdotes
y 200 obispos. Al mismo tiempo, introducía en la vida de la Iglesia unas
nuevas medidas radicales, como el matrimonio de los obispos y las segundas
nupcias de los sacerdotes viudos.
Pese a todas estas
originalidades, fue reconocida en 1924 por el Patriarca Gregorios de Constantinopla (sucesor de Meletios
Metaxakis, el cual simpatizaba con ideas similares)
y si bien este reconocimiento fue efímero, fue la primera vez que una Iglesia
No-canónica, en un sentido casi absoluto del término, fue reconocida como
legítima y canónica por el Patriarcado Ecuménico. Años más tarde, fueron
las mismas autoridades soviéticas las que terminaron con esa Iglesia, obligándolos
a ser absorbidos dentro de la Iglesia Ortodoxa Rusa, aunque perdiendo sus
dignidades.
F- IGLESIAS DE CANONICIDAD INCUESTIONABLES Y RECONOCIDAS.
Dentro de este grupo
se cuentan aquellas Iglesias que mantienen Comunión con el Patriarcado Ecuménico
de Constantinopla, y por ende con todas las Iglesias Ortodoxas que están
en Comunión con dicha Sede, como ser los Patriarcados de: 1-Jerusalén,
2- de Antioquia, 3- de Alejandría, 4- de Moscú, 5- de Serbia, 6- de Rumania,
7- de Georgia, y 8- de Bulgaria.
También dentro de este grupo se encuentran muchas Iglesias
Ortodoxas Autocéfalas y Autónomas, que sin ser Patriarcales, son reconocidas
por la Sede de Constantinopla; la mayoría de éstas fueron reconocidas como
independientes a principios y mediados del Siglo XX, como ser la Iglesia
Ortodoxa de Polonia y la Iglesia Ortodoxa de Checoslovaquia,
las cuales recibieron su Tomos de Autocefalía en dicho siglo. Entre las
Iglesias Autónomas que podemos mencionar dentro de este grupo, por nombrar
solo algunas, son la: “Iglesia Ortodoxa de Creta”, dependiente del
Patriarcado Ecuménico, o la “Iglesia Ortodoxa de Finlandia”, dependiente
de la Sede de Moscú.
Patriarca
Pimen de Moscú y Toda Rusia
Flanqueado por los futuros Patriarcas Alexis II de Moscú y Filaret I de Kiev
Flanqueado por los futuros Patriarcas Alexis II de Moscú y Filaret I de Kiev
ALGUNAS ILUSTRACIONES HISTÓRICAS
ACERCA DEL TEMA DE LA CANONICIDAD EN EL MUNDO DE LA
ORTODOXIA
INTRODUCCIÓN
Este
artículo no tiene por objeto fomentar una rebeldía poco cristiana hacia
la Sede Mayor de la Ortodoxia, sino más bien mostrar, que algunas veces
lo actuado desde el Phanar, tiene más de político, en un aspecto religioso y seglar,
que de una acción eclesial y espiritual.
Quién
ama a la Iglesia, en realidad aprende a comprender y a valorar su realidad
humana, que no menoscaba en lo más mínimo su intrínseca naturaleza sobrenatural.
La Historia de la Iglesia, también esta plagada de incomprensiones entre
sus hijos, e incluso de desinteligencias entre los propios santos que hoy
podemos ver en los paneles de nuestros Iconostasios, o en las paredes de
nuestros templos. Por eso, estimado lector, estas líneas no tienen otro
objeto que mostrar el rostro humano de la Ortodoxia, que a veces brilla
enaltecida en los rostros serenos de los santos, y otras veces se puede
ver opacada o deslucida por el actuar de algunos Jerarcas. Tampoco es intención
de este artículo, satanizar a cual o tal Patriarca, Metropolita o Arzobispo,
porque hay que entender, que al igual que nosotros en nuestra vida diaria,
muchas veces intentaron hacer lo mejor que podían hacer, y aún cuando pueda
constarnos que no obraron de total buena fe, no es nuestro deber juzgarlos,
sino orar por ellos.
Lo
admirable de la Iglesia es su fidelidad a Cristo, mas allá de las humanas
mezquindades de quienes la componemos, fidelidad que no se ve deslucida
siquiera a pesar de nuestras defecciones personales.
EL CASO DEL PATRIARCADO BÚLGARO Y UN PARELISMO CON EL ACTUAL PATRIARCADO DE KIEV.
En
el año 927, el Patriarca de Constantinopla, reconoció al Arz.
de Preslav, como Patriarca de los Búlgaros, debido no a la importancia
de Bulgaria en el Mundo de la Ortodoxia, ni tampoco por ser una Sede de
origen Apostólico, sino por ser la Iglesia de una potencia balcánica en
ascenso, eso explica porque cuando casi 50 años después el Imperio Bizantino
ataca y derrota al Imperio Búlgaro, en el año 972, el Patriarcado de Constantinopla
se volvió sobre sus pasos y revocó ese honor a la Iglesia de Bulgaria, pasando
a depender nuevamente de la Sede de Constantinopla. Sin embargo otro motivo
de corte político hizo posible que casi dos siglos mas tarde (1235) el Patriarcado
Ecuménico, ante la creciente influencia de los latinos católicos en la región,
proclamara nuevamente el restablecimiento del Patriarcado Búlgaro, que duraría
casi dos siglos, hasta que en el año 1393 la Iglesia Ortodoxa Búlgara perdiera
la autonomía, y fuera obligada esta vez por los Turcos, a integrarse a Constantinopla;
sin embargo cuando después de casi 500 años (1870), el mismo Imperio Otomano,
autorizó el restablecimiento de un Exarcado Ortodoxo Búlgaro, el Patriarcado
Ecuménico, contra toda lógica evangélica, reaccionó violentamente, haciendo
tronar la excomunión contra la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria, declarándola
cismática. La Iglesia Ortodoxa de Bulgaria, con sus mas de 1.000 años de
historia y tradición cristiana se vio, en aquel año de 1872, tildada de la
noche a la mañana de “Iglesia Ortodoxa No-Canónica”, hasta que en 1945,
el Patriarcado Ecuménico le reconociera la validez de su autocefalía, y
por consiguiente, la de su Canonicidad; la cual nunca, durante esos 73 años,
había perdido.
Estimado
lector, en esta misma situación se encuentra hoy la Iglesia Ortodoxa de
Ucrania, la cual también cuenta con más de 1.000 años de historia y tradición
cristiana, y que legítimamente decidió emanciparse de Moscú; quizás los
medios pueden haber sido poco adecuados, y por dicha razón la reacción del
Patriarcado de Moscú comprensible, pero
con todo debemos reconocer que es una Iglesia con un derecho inalienable
a la libertad. La Iglesia de Ucrania, es una Jurisdicción que por su antigüedad
y dignidad merece ser reconocida como una de las Grandes Iglesias de la
Ortodoxia eslava. En realidad, pocos dudan en el Mundo de la Ortodoxia acerca
de la Canonicidad, en el sentido real del término, del Patriarcado de Kiev,
así como pocos dudaban hacia finales del siglo XIX, acerca de la Canonicidad
de la vapuleada Iglesia Búlgara.
El
Patriarcado de Kiev, cuenta en la actualidad con cerca de 16.000.000 de
fieles, lo cual la convierte en una de las Jurisdicciones Ortodoxas más
numerosas del Mundo, y es una verdadera pena que tantos fieles ortodoxos
sean sometidos a un sentimiento de inferioridad con respecto al resto de
los ortodoxos del mundo, cuando en realidad, en virtud de sus testimonios
de sangre durante el cruel Régimen Soviético, les corresponde un lugar de
honor entre los Grandes de la Ortodoxia. Quizás, al igual que pasó con la
Iglesia Ortodoxa de Bulgaria, deberán pasar unas cuantas décadas para ser
reconocida en toda su dignidad, lo cierto es que este Patriarcado en este
momento se encuentra en una suerte de callejón sin salida; y esta vez no
tanto por las autoridades del Phanar, las cuales
serían, llegado el momento, las mas proclives a reconocerlos, sino por el
Patriarcado de Moscú. Es de recordar que si por la entrega de un “Tomos
de Autonomía” a la Iglesia Ortodoxa de Estonia, la cual cuenta con alrededor
de 6.000 fieles, el Patriarcado de Moscú borró por algunas semanas de la
Liturgia el nombre del Patriarca Ecuménico, es fácil imaginar que sucedería
si el Patriarcado Ecuménico decidiera reconocer la Autocefalía del Patriarcado
de Kiev, con 16.000.000 de fieles, en un territorio que la Iglesia Ortodoxa
Rusa considera como parte de su “Territorio Canónico” mas ancestral.
Patriarca Filaret I
de Kiev
Flanqueado a la izq. por el Metrop Euloghios I y a la der. por un Obispo Ucraniano
Flanqueado a la izq. por el Metrop Euloghios I y a la der. por un Obispo Ucraniano
EL EXTRAÑO CASO DE LA IGLESIA ORTODOXA UCRANIANA DE EEUU.
Esta
Iglesia es la mayor prueba viviente de movilidad de estatus canónico dentro
del Mundo de la Ortodoxia contemporánea. Comencemos por hablar, pues, de
sus orígenes tan “sui generis”:
Cuando
el Imperio Ruso cayó en manos de los bolcheviques, Ucrania aprovechó la
situación para proclamar su independencia, así que en el año 1919 se convirtió
en un país libre. La emancipación política del Estado de Ucrania, trajo
aparejado consigo la ansiada emancipación religiosa del Patriarcado de Moscú,
es por tal motivo que en 1921 con el aval de las nuevas autoridades de Ucrania,
se procedió a celebrar un Concilio; sin embargo, no consiguieron que ningún
jerarca ortodoxo se plegara a dicha iniciativa, es por eso que el Arcipreste
Vasyl Lypkivsky,
a través de la imposición de las manos por parte de sacerdotes y
laicos presentes, constituyó la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Ucrania.
El mencionado caudillo de este movimiento independentista eclesiástico se
convirtió, gracias a la elección de sus pares, en Metropolita de Kiev y
toda Ucrania, llegando a presidir una Iglesia que contaba con unas 1.100
parroquias, unos 1.500 sacerdotes y diáconos, unos 30 obispos, y nada menos
que unos 6.000.000 de fieles. Como es lógico adivinar, el resto de las Iglesias
Ortodoxas jamás reconocieron la validez de esta nueva Jurisdicción, la cual,
en su concepto de transmisión de la Jerarquía Eclesiástica, nos recuerda
mucho al de las Iglesias Protestantes. Finalmente en el año 1930, al igual
que la Iglesia Ortodoxa Viviente, fue disuelta por las autoridades soviéticas
e integrada al Patriarcado de Moscú.
Un obispo de
aquella Iglesia, el Metropolita Juan Teodorovich,
fue enviado para hacerse cargo, en el año 1923, de un heterogéneo grupo
de ucranianos de la Diócesis EEUU-Canadá, la cual estaba compuesta por ucranianos
provenientes del Patriarcado de Moscú que se habían fusionado, en su fervor
nacionalista, con otros Uniatos del mismo origen, creando de este modo un
cuerpo eclesial bastante particular, pero de indiscutible tinte nacional.
Al igual que
sucedía en Europa, en América nadie reconocía la validez del Episcopado
de Vladika Teodorovich, y por ende, la Canonicidad de su Iglesia, si
bien en su accionar obtuvo éxitos pastorales bastante notables, haciendo
expandir su Iglesia por todo los EEUU y Canadá. Hasta aquí estamos ante
el caso de una Iglesia Ortodoxa No-Canónica, en el sentido absoluto del
término; sin embargo en el año 1949, 25 años después de su arribo a América
del Norte, este buen Metropolita, consigue finalmente que Obispos Ortodoxos
de canonicidad reconocida lo consagren al Episcopado, con lo cual la Iglesia
Ortodoxa Ucraniana de los EEUU, inicia su primer paso hacia la Canonicidad.
Vladika Teodorovich,
entra en la Paz del Señor en el año 1971, siendo reconocido como un jerarca
de validez y canonicidad indiscutida, de tal manera esto fue así, que en
la década del 50 algunas parroquias de ucranianos dependientes del Patriarcado
Ecuménico, le pidieron su protección Episcopal, lo cual convirtió a su Jurisdicción
en una de las mas numerosas en América del Norte. Su sucesor fue el conocido
Metropolita Mstyslav, quién en 1990 se convirtió
en el Primer Patriarca de Kiev. Este importante Jerarca Ortodoxo, poco antes
de asumir como primer Patriarca de Kiev, concedió a través de un documento,
el reconocimiento oficial a la Metrópolis Ortodoxa Autónoma de Europa
Occidental y las Américas, como “Iglesia Hermana igual en dignidad
a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en los EEUU y en Canadá”.
A la muerte del
Patriarca Mstyslav I de Kiev, su antigua Jurisdicción
de origen, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en los EEUU, evitó participar de
los sucesos acaecidos en Europa, y buscó el respaldo del Patriarcado Ecuménico.
Finalmente las negociaciones con el Phanar concluyeron
en 1995, y el Metropolita Constantine, otrora
Metropolita de una Jurisdicción No-Canónica, según los términos de las autoridades
del Patriarcado Ecuménico, se transformó de la noche a la mañana, en cabeza
de una de las Jurisdicciones Ortodoxas “canónicas” más importantes de los
Estados Unidos, sin necesidad de reconsagración alguna.
Como será fácil
advertir, esta Jurisdicción pasó de ser “No-Canonica”
en el sentido real del término en 1924, a ser una Iglesia Ortodoxa “Canónica pero No Reconocida” en 1949, para convertirse
finalmente en una Iglesia Ortodoxa “Canónica
y Reconocida”, -al menos para el Patriarcado de Constantinopla-
unos 46 años después, en el año 1995.
El Patriarca Ecuménico Bartolomé I, junto a los Metropolitas Wasyly
de Canadá (izq) y Constantine
de EEUU. (der), los cuales fueron considerados
como no-canónicos hasta el año 1990 y 1995 respectivamente.
EL
CALVARIO CANÓNICO DE LA IGLESIA ORTODOXA DE FRANCIA
Esta Jurisdicción, es una de las
que más ha sufrido cambios en su situación canónica, veamos pues su historia:
Su fundador, Ireneo Winnaert,
fue un sacerdote católico ordenado en Lille en 1904, unos quince años más
tarde (1919) abandona su ministerio dentro de la Iglesia Católica Romana
y toma contacto con un Obispo Católico Liberal llamado Wedywood,
quien le consagra al Episcopado en el año 1922 para el territorio de Francia.
El buen Ireneo, pronto se da cuenta de que el
cuerpo doctrinal de la Iglesia Liberal es contrario a las enseñanzas tradicionales
de la Iglesia, y luego de intensos estudios y oración se percata que la
Verdadera Fe se encuentra en la Iglesia Ortodoxa, y así con un grupo de
fieles entra en contacto con el Patriarca de Constantinopla. Ireneo
no sólo se vuelca a la ortodoxia doctrinal, sino que se aboca a reconstruir
el rito ortodoxo de las Galias, el Galicano, el
cual era celebrado en su carácter de Rito Pre-cismático
dentro de su Comunidad.
El Patriarcado de Constantinopla,
que años antes se había mostrado afable con la Iglesia Ortodoxa Viviente,
rechaza ahora a este puñado de ortodoxos de rito occidental que acudían
a recibir su protección canónica, exigiendo a Ireneo
Winnaert integrarse como simple laico, y perder
su Rito Occidental. Luego de este contacto frustrante, Winnaert
no se amedrentó y buscó la protección canónica de Moscú, en aquel momento
regida por el Metropolita Sergio, quién lo recibió como sacerdote, sin reconocer
su Episcopado Católico Liberal, y sin esperanzas de recuperar el rango episcopal
perdido; condición que él aceptó. Este buen hombre muere en 1937 como archimandrita
ruso patriarcal de Rito Occidental, logrando conseguir un estatus canónico
para esta Comunidad que se extendería hasta el año 1952, durante los años
1953-1956 esta Comunidad estuvo bajo la protección canónica del Patriarcado
Ecuménico, a través del Exarcado Ruso de París, para luego pasar a obtener
la protección canónica de la Iglesia “Ortodoxa Rusa en el Exilio” durante
los años 1957-1966. He aquí que esta Comunidad venía recibiendo protección
canónica por parte de Patriarcados, pero a partir del año 1957 recibe la
protección canónica de una Iglesia de “Canonicidad
incuestionable pero No Reconocida”, y es en el seno de dicha
Jurisdicción que nace como Iglesia Autónoma a través de la ordenación episcopal
(en 1964) de Vladika Kovalevsky, su consagración
episcopal es presidida por el Obispo Juan Maximovich
(mejor conocido como San Juan de San Francisco) y por el Obispo rumano de
París, Teofilo Ionescu, los cuales le autorizan
a conservar su Rito Occidental.
Consagración Episcopal de Vladika Kovalevski
A la izq. Vladika Teófilo y a la der. Vladika Juan Maximovich
(San Juan de San Francisco)
A la izq. Vladika Teófilo y a la der. Vladika Juan Maximovich
(San Juan de San Francisco)
Vladika Kovalevsky,
muere en el año 1970 sin poder consagrar un sucesor, entonces su antiguo
co-consagrante, el Obispo Teofilo Ionescu,
comienza a gestionar no solo la protección canónica del Patriarcado de Rumania,
sino la continuidad de una Jerarquía canónica propia que rija sus
destinos. Finalmente en 1972, un sacerdote francés ordenado por el mismo
Vladika San Juan Maximovich, Gilles
Hardy, quién toma el nombre de Germán, es consagrado
en Bucarest con el beneplácito del Patriarca Justino de Rumania. El día
30 de Abril, la delegación francesa concelebraba la Sagrada Liturgia con
el mismo Patriarca, en señal de Comunión Plena entre las dos Iglesias. El
decreto de entronización de Mons. Germán, como obispo propio de la Iglesia
Ortodoxa de Francia, es del mismo 11 de Junio de 1972, firmado naturalmente
por el patriarca de Rumania, ya que la nueva Iglesia quedaba bajo su Jurisdicción.
De este modo la Iglesia Ortodoxa
de Francia, pasa a recuperar su Jerarquía y su estatus canónico, pero con
el actual Patriarca Teoctist, las cosas cambiaron
y después de casi 25 años de existencia canónica junto al Patriarcado de
Rumania, la comunión finalmente se rompió. La Iglesia Ortodoxa de Francia
quedó desde mediados de los años 90 en una situación canónica difícil, puesto
que al tener un solo Jerarca, se imposibilita la consagración de nuevos
jerarcas en vistas a establecer un Sínodo que gobierne a la Iglesia. Pese
a esa situación la Iglesia Ortodoxa de Francia es una Jurisdicción de “Canonicidad incuestionable pero No Reconocida”.
Actualmente,
debido a problemas con el Obispo Germán y ante la posibilidad real de poder
verse privados de una Jerarquía (situación ya experimentada luego de la
muerte de Vladika Kovalesky), muchos sacerdotes y fieles ortodoxos franceses
se están volcando hacia el establecimiento de una protección canónica por
parte del Patriarcado Serbio, mientras otros miran con cierta simpatía al
Patriarcado de Kiev. Es de destacar, sin embargo, que tanto el Patriarcado
Serbio, como el de Kiev, reconocen la validez y Gracia Sacramental de los
clérigos de esta Jurisdicción, por tal motivo no existe planteo alguno de
reconsagración de su clero, ni de crismación de sus fieles.
La Iglesia Ortodoxa de Francia,
más allá de lo que afirmen sus detractores, tiene el enorme mérito de haber
permanecido fiel a la Fe Ortodoxa, y de haber sobrevivido a situaciones
adversas y pruebas muy difíciles. Su suerte dependerá entonces del apoyo
del resto de la Ortodoxia, ya sea por parte de aquellas Iglesias Canónicas
Reconocidas o de aquellas que detentan la Canonicidad, aún sin reconocimiento
del Patriarcado Ecuménico.
Nadie puede negar la Canonicidad
Doctrinal de esta Iglesia, más allá de las defecciones personales del Obispo
Germán, puesto que esta Jurisdicción estuvo desde sus orígenes reconocida
por el Patriarcado de Moscú, por el Patriarcado Ecuménico (a través del Exarcado Ruso de Europa Occidental),
por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio, y por el Patriarcado de Rumania.
Las dos Comunidades parroquiales
que esta Jurisdicción poseía hasta principios del año 2004 en Argentina,
una en Buenos Aires, y la otra en Salta; abandonaron la Iglesia Ortodoxa
de Francia para ser finalmente recibidas bajo la protección canónica de
Vladika Jeremías, de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en EEUU y Diáspora. Estas
dos comunidades ortodoxas de Rito Occidental recibieron un permiso especial
para conservar su antigua Liturgia Galicana.
LA CANONICIDAD EN LA METRÓPOLIS ORTODOXA AUTÓNOMA DE
EUROPA OCCIDENTAL & LAS AMÉRICAS
Esta todavía poco conocida y joven
Jurisdicción Ortodoxa, se halla entroncada por su Fe y su historia, al conjunto
de la Iglesia Católica Ortodoxa, puesto que adhiere a la Fe de la Iglesia
Indivisa de los tiempos Apostólicos, siguiendo estrictamente todas la directrices
contenidas en los siete Concilios Ecuménicos.
Pero vayamos a la historia de
esta Jurisdicción: En el año 1960, el Obispo Serafín de Chicago (de la Iglesia
Ortodoxa Rusa en el Exilio) y Teofilo Ionescu (obispo rumano de París), consagran al Archimandrita
Akakios Pappas como primer
Jerarca de la Iglesia Vétero Calendarista Griega, poco tiempo después el Arz.
Akakios consagra, junto con otros Jerarcas de la
Iglesia Rusa en el Exilio, al Arz. Auxentios y a otros obispos
vétero calendaristas, los cuales contaban con muchas parroquias en Grecia,
y el apoyo de muchos monjes en el Monte Athos.
Esta
Venerable Iglesia procedió, en 1978, a consagrar al primer obispo de origen
occidental (latino), el Metropolita GABRIEL de Lisboa. Años mas tarde él
se convertiría en el primer Primado de esta Jurisdicción, su consagrante
fue el propio Arz. Auxentios. En 1984, Su Beatitud el Arz. Auxentios, concede un Tomos de Autonomía a la Metrópolis de
Europa Occidental, dándole la oportunidad desde ese momento de regir su
propio destino.
Metropolita Gabriel de Portugal
Como podemos
observar hasta este punto, la Metrópolis Ortodoxa Autónoma de Europa Occidental
y las Américas, nace con una clara Canonicidad Dogmática, una cuidada Canonicidad
Administrativa, y un origen de indiscutible dimensión eclesial, puesto que
el movimiento vétero calendarista excedía con creces el 1.000.000 de fieles
en Grecia, sin contar a los 500.000 fieles ortodoxos vétero calendaristas
de Rumania y a los miles residentes en Bulgaria.
Dom Gabriel, al estructurar la nueva Metrópolis que se extendía desde
Portugal hasta Italia, nombró como Director de Asuntos Exteriores de la
Iglesia a un obispo de su entera confianza que el mismo había consagrado
el 9 de Septiembre de 1984; es decir al actual Metropolita Euloghios de
Milán. Hacia finales de la década del 80, la Metrópolis Ortodoxa Autónoma
de Europa Occidental entra en conversaciones, a través de su Director de
Asuntos Exteriores (Vladika Euloghios de Milán), con el Santo Sínodo de
la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Polonia, la cual accedió a recibir bajo
su protección a dicha Metrópolis.
Consagración Episcopal de Vladika Evloghios
A la Der. Metrop. Gabriel de Portugal y a la Izq. Vladika Tiago
A la Der. Metrop. Gabriel de Portugal y a la Izq. Vladika Tiago
Como veremos
mas adelante, la Iglesia Ortodoxa de Polonia, nunca dudó de la Canonicidad
de esta Jurisdicción, puesto que aceptó a Dom
Gabriel y a los otros obispos portugueses, sin necesidad de reconsagración,
así como también a los sacerdotes y diáconos ordenados por ellos. Dom
Gabriel se integró a la Iglesia Ortodoxa Polaca como una “Provincia Eclesiástica”
de la misma; sin embargo, por una cuestión política, se optó por no aceptar
a los obispos italianos, no por alguna defección canónica en ellos, sino
porque Italia es considerado territorio canónico del Papa, y los Polacos
no quisieron tener roces con las autoridades católicas. Si nuestra Metrópolis
hubiese sido de origen étnico, no hubiera habido el mayor problema en integrarla,
pero al ser una Metrópolis Ortodoxa pensada para predicar entre los occidentales,
la Iglesia Ortodoxa de Polonia, prefirió abstenerse de aceptar a las comunidades
y clero residentes en Italia, por estar compuestas, mayoritariamente, por
fieles ortodoxos de origen católico romano.
Metrop.
Vasilv de Polonia con Vladika Euloghios
En aquel entonces Director de Asuntos Exteriores de nuestra Metrópolis
En aquel entonces Director de Asuntos Exteriores de nuestra Metrópolis
Dom Gabriel I de Portugal, moriría a principios
de la década de los 90, como Metropolita de una Iglesia Canónica Reconocida.
Como se puede apreciar, este fue el primer gran reconocimiento por parte
de una Iglesia de las llamadas “Canónicas” a la Canonicidad de nuestra Metrópolis.
Luego de la integración
de Dom Gabriel a la Iglesia Ortodoxa de Polonia, fue electo como
segundo Primado el Metropolita EULOGHIOS de Milán, quién había sido Director
de Asuntos Exteriores de la Metrópolis Autónoma, y propiciador de la relación
con los polacos.
El Metropolita
Euloghios, se encontró con una difícil situación, puesto que la Metrópolis
con el abandono por parte de su primer Metropolita, quedó en cierto modo
huérfana. Así que Vladika Euloghios, se propuso reposicionar a la Metrópolis
dentro de la Ortodoxia, por lo cual consiguió en el año 1989, que el Metropolita
Mstyslav, primado de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana de los
EEUU, le otorgara un reconocimiento oficial a la Metrópolis Ortodoxa
Autónoma de Europa Occidental y las Américas, como “Iglesia Hermana
igual en dignidad a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en los EEUU y en Canadá”.
El Metropolita Mstyslav, se convertiría algunos
meses más tarde, en el primer Patriarca de Kiev.
La Iglesia Ortodoxa
Ucraniana de los EEUU, pasó en 1995, a depender del Patriarcado Ecuménico,
y al igual que en el caso de los portugueses, sin necesidad de reconsagración
ni de sus obispos, ni la de sus sacerdotes y diáconos, lo cual es un reconocimiento
tácito, pero concreto, a su antigua legitimidad Canónica.
Durante la conducción
del Patriarca Volodymir I,
al frente del Trono de Kiev, la Metrópolis Ortodoxa Autónoma de Europa
Occidental y las Américas, recibió un Tomos de Autonomía de manos del Patriarca,
en Marzo de 1994, lo cual completó el reconocimiento dado por el difunto
Patriarca Mstyslav (+1993).
Patriarca Volodymir y Metropolita
Euloghios
Años después
el tercer Patriarca de Kiev, Filaret I, intentó
limitar el Tomos de Autonomía de la Metrópolis, lo cual fue juzgado como
injusto e inaceptable por el Metropolita Euloghios I
de Milán. También por aquel tiempo, el Patriarca Filaret I
de Ucrania, fue excomulgado por el Patriarca Alexis de Moscú, acción que
fue respaldada por todos los Patriarcados, por tal razón el Metropolita
Euloghios, decidió dejar sin efecto su vinculación canónica con Kiev, puesto
que no quiso exponer a nuestra Metrópolis al peligro de una excomunión que
la separara irremediablemente de todo el Mundo de la Ortodoxia.
Como consecuencia
de este suceso eclesiástico, dos Obispos pertenecientes a esta Metrópolis
y consagrados por las manos del propio Metropolita Euloghios, quienes residían
en Canadá; los Vladikas Lazar
y Varlaam, decidieron continuar bajo la protección
canónica del Patriarcado Ucraniano, hasta que luego de unos años ambos decidieron
acogerse a la protección canónica de la Iglesia Ortodoxa en América (O.C.A);
éstos jerarcas fueron acogidos, junto a su clero, conservando intactos sus
rangos episcopales.
Para resumir,
podemos concluir diciendo - sin faltar a la verdad - que nuestra Metrópolis,
a lo largo de su relativamente corta historia, donó no menos de 5 Obispos
a las Iglesias Ortodoxas Canónicas, sin contar a numerosos sacerdotes, diáconos,
y clérigos menores.
Vladikas Lazar & Varlaam
Obispos retirados de la O.C.A en Canadá
Obispos retirados de la O.C.A en Canadá
CONCLUSIÓN
Cómo podrá apreciar, estimado
lector, el actuar de los hombres en su peregrinar por la historia, somete
a la Iglesia de Cristo y a su realidad espiritual inmutable, a determinados
cambios, dotando a la Iglesia, en su aspecto exterior (eclesiástico), de
esa inestabilidad tan propia de nuestra naturaleza humana; dichos cambios
pueden ser positivos o negativos; sin embargo como cristianos que somos,
no debemos perder nunca la esperanza en el rumbo de nuestra Iglesia Ortodoxa,
que no es otro que el Cielo mismo.
Confieso que cuanto más experiencia eclesial se va adquiriendo, uno no
puede dejar de maravillarse frente a la sabiduría simple de esos antiguos
iconos que representan a la Iglesia como una barca, muchas veces en aguas
encrespadas, pues la vida de la Iglesia es así, una barca en medio de las
aguas encrespadas del siglo, pero que sin embargo y a pesar de la fragilidad
de la nave y de la impericia de los tripulantes, tiene muy claro su destino,
y cuenta también con el mejor conductor, Nuestro Señor Jesucristo, Señor
de la Historia, el cual nos protege con rostro sereno.
Icono
que representa a la Iglesia de Cristo Amenazada por sus enemigos seglares y religiosos